Después de meses de negociaciones fallidas, alrededor de 45.000 trabajadores portuarios de 36 puertos en la costa este y del Golfo de Estados Unidos (EEUU) se preparan para comenzar una huelga que podría generar un caos sin precedentes en las cadenas de suministro del país. Esta medida, anunciada por la Asociación Internacional de Estibadores (ILA), sería la primera de esta magnitud desde 1977, y amenaza con dejar miles de barcos esperando en los puertos, informaron desde Fresh Cargo, expertos en carga refrigerada.
La USMX (United States Maritime Alliance), que representa a los empleadores portuarios, ha sido señalada por la ILA de mantener una «opresión salarial» que se ha extendido durante más de medio siglo. El sindicato exige un aumento salarial del 70% y la garantía de que no se automatizarán las instalaciones portuarias, lo que ha sido un punto de quiebre en las negociaciones.
Impacto Económico y Logístico
La Casa Blanca ha intentado intervenir sin éxito durante las últimas semanas. A pesar de los intentos de mediación, el presidente Joe Biden ha dejado claro que no tiene intención de intervenir directamente en el conflicto, apuntaron desde Fresh Cargo, expertos en carga refrigerada.
El impacto de esta huelga será devastador para la economía estadounidense. Las restricciones para la carga de productos refrigerados y peligrosos ya han entrado en vigor, y varios puertos han cerrado sus operaciones a primeras horas del día. Los puertos de la costa este y del Golfo manejan una parte crucial de las exportaciones e importaciones del país, incluyendo petróleo, productos agrícolas, maquinaria pesada y automóviles.
En particular, la región del Golfo es responsable de entre el 60% y 70% de las exportaciones de petróleo crudo y gas natural de Estados Unidos, mientras que Nueva Orleans es un punto clave para la exportación de productos agrícolas. Además, entre el 30% y 35% de las importaciones y exportaciones de automóviles de EE. UU. pasan por los puertos de la costa este.
Reacción de la Industria
La industria del transporte ya ha comenzado a sentir los efectos de la huelga. Según la consultora Sea-Intelligence, muchas líneas navieras han alterado sus cronogramas para evitar los puertos afectados, descargando carga en otros destinos, incluidos puertos fuera de Estados Unidos.
El transporte aéreo también se está preparando para una alta demanda ante la interrupción del transporte marítimo. Empresas ya han reportado un aumento en las solicitudes de cotización para el envío aéreo de mercancías, que habitualmente serían transportadas por barco.
La capacidad de carga podría reducirse en un 20% debido a la temporada de invierno de las aerolíneas, dicen algunos expertos; lo que añadirá presión a las ya tensas cadenas de suministro. A medida que la huelga avance, los costos del transporte aéreo podrían dispararse, creando un desequilibrio entre la alta demanda y la escasa capacidad.
¿Una Tormenta Perfecta?
Con la temporada alta de comercio electrónico a la vuelta de la esquina, la huelga podría desencadenar una «tormenta perfecta» en las cadenas de suministro. Si las tarifas aéreas, que ya han experimentado un leve aumento, continúan subiendo, los precios de envío podrían multiplicarse por tres en cuestión de días, impactando no solo a las empresas, sino también a los consumidores finales.
En resumen, esta huelga masiva está a punto de generar un caos logístico en Estados Unidos, con ramificaciones que se sentirán en todo el mundo. Las cadenas de suministro ya debilitadas por la pandemia, sumadas a la creciente demanda de productos y el aumento de precios, podrían enfrentar su mayor desafío en años.
Es un momento crítico para el comercio global, y las consecuencias de esta huelga marcarán un antes y un después en la logística internacional, desde Fresh Cargo, expertos en carga refrigerada.