El índice de Conectividad Global 2021, entregó una perspectiva actualizada sobre el impacto de la pandemia en la globalización a través de un análisis de los flujos de comercio, capital, información y personas. Si bien hay diferentes tendencias en los distintos tipos de flujos, el Índice de Conectividad Global muestra una ligera baja en 2020 y un retorno de su curso ascendente en 2021. Sin embargo, la “prueba de fuego” generada por el COVID-19 también reveló las vulnerabilidades históricas que se deberán abordar en el futuro.
“Muchos temían que la crisis global pusiera en peligro el avance de la globalización. Llevamos años estudiando los diversos flujos internacionales a nivel mundial, y luego de un año y medio de pandemia podemos afirmar con seguridad que esta no logró acabar con la globalización. Tras las pérdidas iniciales en 2020, el Índice de Conectividad Global de DHL se encuentra de nuevo al alza en este año”, afirmó John Pearson, CEO de DHL Express.
Los flujos internacionales de comercio, capital, información y personas se vieron afectados por la pandemia. Tras la caída en picada a comienzos de la pandemia, el comercio de mercancías logró superar los niveles pre-pandemia antes de finales de 2020, mientras que en 2021 registra nuevos récords a nivel global. Los flujos de inversiones extranjeras directas se redujeron aún más que el comercio en 2020, pero apuntan hacia una recuperación completa en 2021.
Por su parte, los flujos internacionales de datos se dispararon en 2020, cuando las interacciones en persona tuvieron que trasladarse a la virtualidad, pero no lograron revertir la tendencia a la baja a más largo plazo en la globalización de los flujos de información. Por último, los flujos internacionales de personas fueron los más afectados por la pandemia, y su recuperación se presenta lenta. Los viajes internacionales cayeron en un 73% en 2020, pero a mediados de 2021 se detectaron los primeros indicios de recuperación.
El crecimiento del comercio internacional desde mediados de 2020 superó ampliamente las previsiones iniciales, aunque el mix de mercancías resultó bastante diferente de lo habitual. La comercialización de productos necesarios para combatir la pandemia incrementó, mientras muchos otros se reducían. Si bien se esperaba que la pandemia empujaría al mundo hacia un comercio más regionalizado, se produjo a largas distancias durante 2020. Los datos sobre los flujos de capital, información y personas tampoco constatan ninguna evidencia concluyente de que se esté produciendo un desplazamiento de la globalización hacia la regionalización.
No obstante, los países más pobres del mundo siguen quedándose atrás en términos de recuperación de la globalización. Incluso cuando el comercio mundial estaba alcanzando nuevos hitos a principios de 2021, los países de renta per cápita más baja seguían comerciando menos que en 2019.
Por último, las inversiones extranjeras directas en estos países cayeron durante ese mismo periodo, mientras seguían creciendo con fuerza en los países de renta media y alta. Aunque los países con menos recursos continúan peligrosamente desconectados, el desarrollar vínculos más sólidos con el resto del mundo les podría ayudar a recuperarse rápidamente de los efectos de la pandemia.
Relacionada: Picking y sus desafíos en la cadena de suministro