A la espera de que la oferta de vehículos a gas se amplíe y el despliegue de la infraestructura gasista faciliten el tránsito hacia este nuevo combustible, la transformación de motores convencionales diésel a ‘Dual Fuel’ se establece como una primer paso en la expansión del gas natural.
Con un consumo mixto de diésel y gas natural, la dualización permite a los transportistas dar el paso a un carburante más limpio, con una menor inversión de la que supone actualmente la adquisición de un camión ‘puro’ de gas natural y sin la preocupación de quedar sin combustible en plena operativa.
Aunque la transformación de cada vehículo ha de diseñarse como un traje a medida, la tecnología permite actualmente transformar cualquier vehículo diésel, sea comercial o ligero, para que funcione con GNC, GNL o GLP. En definitiva, la tecnología de motores duales o “Dual Fuel”, proporciona un sistema redundante, al tratarse de motores que pueden funcionar tanto con gas como con combustible líquido.
Funcionamiento
Cuando se opera con gas, los motores utilizan un proceso de combustión en ciclo Otto de mezcla pobre. El sistema monitoriza electrónicamente la cantidad adecuada de la mezcla aire + gas, que son premezclados y que se inyecta en la admisión y se combina con el combustible diésel en la cámara de combustión, que actúa como piloto para la ignición del gas natural.
En caso de interrupción en el suministro de gas a cualquier nivel de carga, el motor pasa inmediata y automáticamente a funcionar con combustible líquido. Al operar con combustible líquido, estos motores utilizan el ciclo diésel convencional. Debido a la alta temperatura de autoencendido del gas natural, la mezcla aire-gas no se enciende durante la carrera de compresión por no existir la temperatura necesaria para facilitar la combustión.
La relación óptima suele ser un 80% de gas y un 20% de gasoil, aunque la sustitución media en condiciones dinámicas suele ser del 40-50%, de forma que el porcentaje de sustitución puede variar en función de las condiciones de uso del vehículo.
El sistema de adaptación no implica modificaciones irreversibles en el motor diésel, de forma que en caso necesario, puede funcionar sólo con diésel o en modo dual, con el se consigue una reducción muy importante en el consumo de gasoil y debido al menor precio del gas, se reducen los costes de explotación en torno a un 20%.