Los incrementos de precios que se han producido como consecuencia de la crisis que viven las cadenas de suministro durante la pandemia han levantado las alarmas en el Gobierno de los Estados Unidos.
Ante esta situación, el Departamento de Justicia y el FBI han anunciado que van a llevar a cabo una campaña para detectar posibles prácticas anticompetitivas e impedir que empresas de diversos sectores utilicen la escasez de suministro como excusa para participar en lo que podría llegar a calificarse de prácticas colusorias en las industrias particularmente afectadas por las interrupciones del suministro.
La Administración norteamericana ha puesto en marcha un equipo multidisciplinario para investigar posibles esquemas que atenten contra el libre mercado y para evitar que pueda utilizarse la crisis de las cadenas de suministro para obtener un lucro excesivo.
Estas prácticas, a juicio del Departamento de Justicia, violan las duras leyes antimonopolio del país y impiden que la recuperación económica del mercado estadounidense se afiance, por lo que junto con el FBI, se va a investigar las infracciones penales de las leyes antimonopolio, incluidos los «acuerdos entre individuos y empresas para fijar precios o salarios, manipular ofertas o asignar mercados”.
La pandemia ha provocado una alteración en los flujos mundiales de mercancías que, en combinación con la alta demanda de algunos productos, ha provocado incrementos de precios al producirse un desfase entre oferta y demanda que, con el tiempo, ha generado una espiral, inflacionista en los Estados Unidos y en Europa, entre otras zonas del planeta.
Reactivación económica
La pandemia y nuevas variantes de contagio que aún no se pueden controlar, puso un enorme obstáculo en el camino de recuperación económica de Estados Unidos. Es más, la Casa Blanca anticipó la decepción de las cifras de empleo, donde el número de puestos de trabajo añadidos a principios de 2022 podría ser inusualmente bajo debido a ómicron.
Los economistas encuestados por Refinitiv prevén que en enero se añadieron 150.000 puestos de trabajo. Eso lo convertiría en el peor informe desde diciembre de 2020 , cuando la economía perdió puestos de trabajo . El aumento de casos de covid-19 también fue un problema entonces. Al respecto, Goldman Sachs espera una caída de 250.000 empleos, mientras que la consultora Capital Economics y Jefferies prevén una pérdida de 200.000.
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