América Latina puede recuperarse de la mano del litio y cobre

América Latina contará en 2023 con la oportunidad de comenzar a recuperar parte del terreno perdido en las últimas décadas como destino de inversión extranjera y como un actor global de peso, a juicio del informe anual de perspectivas elaborado por Canning House.

Tal como publica Bio Bio, esto se puede dar de la mano de metales como el litio o cobre, fundamentales para la electromovilidad: 58% de las reservas identificadas en el mundo de litio se halla en América Latina, así como el 41% del cobre.

El contexto geopolítico, con Occidente sumido en la pugna por la primacía con China y con la invasión rusa de Ucrania, supone “una gran oportunidad” para una región que ha perdido influencia y poder económico en las últimas décadas, según el análisis de este foro de encuentro entre el Reino Unido y Latinoamérica con sede en Londres.

A juicio del informe, la transición energética y una larga historia de valores compartidos hacen que haya un argumento muy convincente en favor de una mayor implicación de Estados Unidos y Europa en la región, donde China ya se ha convertido en la potencia dominante.

“Hay señales de que esto está siendo reconocido por cada vez más políticos y expertos en Washington, Bruselas y Londres. Queda por ver si la nueva generación de líderes izquierdistas de la región aprovechará las oportunidades de una mayor implicación”, subraya uno de los autores del documento, el editor de Latinoamérica del “Financial Times”, Michael Stott.

En cualquier caso, el estudio recuerda que Estados Unidos y Europa llegan ya muy tarde. “China se ha adelantado a Occidente para garantizarse metales fundamentales para la transición energética como el litio o el cobre y comprando una gran parte de las exportaciones alimentarias de la región”, subraya.

El 58% de las reservas identificadas en el mundo de litio -metal fundamental para las baterías- se halla en América Latina, así como el 41% del cobre, el 24% del níquel o el 39% de la plata. “Una posible razón para el optimismo es la presión sobre las cadenas de suministros globales, y la necesidad de EEUU de crear cadenas más locales”, señala el informe.

“El creciente impulso político en EEUU para que las empresas relocalicen las cadenas de suministro más cerca de su mercado, así como los elevados costes de transporte desde Asia y el mayor riesgo de turbulencias geopolíticas, están animando a las compañías a relocalizar su producción en México, Centroamérica e incluso Sudamérica”, agrega.

Pese a ello, no pasa por alto la complicada situación macroeconómica, que hace que haya “poco espacio fiscal para los programas de alivio”, lo que “beneficiará a los actores de fuera del ‘establishment’ político”.

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