Casi un 70% de los directivos del ámbito logístico a escala global aseguran estar preparándose para hacer frente a una más que posible recesión este año dentro de un contexto de costes logísticos más altos, una menor demanda y nuevas disrupciones en las cadenas de suministro, de acuerdo con los últimos registros del 2023 Agility Emerging Markets Logistics Index.
El panorama económico para este ejercicio sigue marcado, según el estudio, por el impacto de la pandemia en China, la invasión rusa de Ucrania y el impacto de cambio climático. En concreto, un 97% de los encuestados asevera que el conflicto bélico en el este de Europa ha afectado negativamente a sus costes logísticos.
A juicio del Gerente Comercial de Fresh Cargo, Jorge Gallardo, la discusión actual de los exportadores es cómo potenciar el comercio con las nuevas condiciones que se están dando. «El tema que se habla es cómo el mundo ha cambiado en los últimos dos años tras la pandemia y una etapa de fletes muy caros, así como de escases de contenedores. Eso está cambiando porque los precios están bajando, aunque aun se mantienen altos; hay más contenedores y todo se está moviendo. Entramos en otros proceso de negociación en sí y con mejores precios por parte de las navieras”.
Y precisamente el tema de los costos es no menor. Un 90% de los 750 profesionales logísticos encuestados para este trabajo también apuntan que sus costes de transporte, almacenamiento y de otros servicios logísticos se mantienen muy por encima de los niveles previos a la pandemia.
En esta misma línea, tres años después del inicio de la crisis sanitaria, sus efectos se dejan sentir todavía en el funcionamiento de las cadenas de suministro internacionales, pese a que los fletes internacionales han empezado a descender, al igual que la congestión que ha afectado a la operativa habitual en algunos de los principales puertos del planeta.
Así pues, las empresas siguen percibiendo en su actividad los altos costes de la energía, la falta de profesionales y la espiral inflacionista, lo que se traduce en volatilidad en las cadenas de suministro, con efectos también sobre una reducción de las inversiones empresariales, así como de las contrataciones laborales.
En este contexto, la apuesta del sector logístico por la sostenibilidad parece seguir abriéndose camino, toda vez que, según el estudio de Agility, un 53% de los directivos logísticos encuestados apuntan que sus empresas se han comprometido con las cero emisiones netas de carbono. Del mismo modo, la mitad de todos ellos defiende que el medioambiente es una prioridad en la actividad de sus compañías.
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