En el mundo del emprendimiento, las crisis son tan inevitables como impredecibles. Pueden surgir de manera inesperada, desafiando la estabilidad tanto de empresas consolidadas como de emprendimientos emergentes.
Tal como recuerda en su publicación EMOL, un escándalo en redes sociales, una falla en la cadena de suministro, problemas financieros o una emergencia sanitaria, cualquiera de estos eventos puede desencadenar una crisis que, si no se maneja adecuadamente, podría amenazar la supervivencia del negocio. En este contexto, la capacidad de las organizaciones para adaptarse se convierte en un diferenciador fundamental.
Patricio Gana, director ejecutivo de AK Contadores -auditorías financieras-, explica que las empresas pueden enfrentarse a crisis financieras, económicas, laborales, logísticas, legales y comerciales, entre otras. Por su parte, Cristian Montero, director de Adactiva -compañía de servicios contables, creación de empresas y compliance-, señala a EMOL que los emprendedores pueden enfrentar períodos críticos tanto de forma externa como interna.
Como ejemplo de una crisis externa que puede impactar un negocio, se menciona la pandemia de COVID-19, que afectó a muchas empresas, aunque algunas lograron beneficiarse. Sin embargo, “la mayoría de los emprendimientos enfrentaron dificultades debido a este impacto externo.
Otras crisis externas relevantes incluyen la crisis financiera subprime y la crisis inmobiliaria en Estados Unidos, así como la reciente crisis en el sector inmobiliario en Chile, que ha provocado la quiebra de constructoras y ha afectado a las empresas proveedoras”, comenta Montero.
En cuanto a las crisis internas, muchas empresas han enfrentado problemas de comunicación debido al teletrabajo, y otras sufren por no poder organizar adecuadamente su flujo de dinero. Además, la competencia basada en precios, en lugar de calidad, está desgastando a muchos negocios, señala el experto.
Estrategias
Aunque la incertidumbre es un fenómeno global, las empresas han desarrollado una valiosa experiencia en la gestión de crisis debido a la constante inestabilidad de su entorno. Esto les ha permitido adquirir habilidades únicas de adaptación y supervivencia, que las diferencian de las empresas en entornos con mayor estabilidad económica. Cristian Lecaros, CEO de Inversión Fácil, y Montero destacan que algunas de las principales estrategias que las empresas deben adoptar para mitigar y prevenir crisis son las siguientes:
- Adopción de tecnologías: Las empresas pueden optar por arrendar software y otras tecnologías que ya han demostrado su eficacia en otras organizaciones. Esto les permite mejorar la productividad y, en algunos casos, reducir la necesidad de contratar más personal, lo que se traduce en ahorro de costos.
- Integración de planes con reajustes en UF: Implementar planes financieros que incluyan reajustes en UF (Unidad de Fomento) puede ayudar a las empresas a protegerse contra la inflación. De esta manera, los ingresos pueden mantenerse reales y no sólo nominales, preservando el poder adquisitivo.
- Exploración de nuevos mercados internacionales: Expandirse a mercados internacionales emergentes puede ofrecer nuevas oportunidades de crecimiento. Por ejemplo, mercados como el de Florida en Estados Unidos, ciertas regiones de Europa o China presentan un alto potencial. Además, países como República Dominicana, con un crecimiento del 5.5%, ofrecen oportunidades favorables para la exportación.
- Planificación: Durante la pandemia, la planificación financiera fue necesaria para muchas empresas. Aunque las ventas no disminuyeron tanto como se pensaba que iba a suceder, la planificación permitió a las empresas ofrecer descuentos de hasta el 100% a clientes con problemas, asegurando su continuidad. Este enfoque muestra la importancia de contar con fondos de emergencia y gestionar costos para tener margen de maniobra en tiempos difíciles.
- Innovación y capacidad de adaptación: La innovación y la capacidad de adaptación son fundamentales para que las empresas sobrevivan y prosperen durante una crisis. La adopción rápida de nuevas tecnologías, como el teletrabajo y el uso de plataformas en la nube, permitió a las empresas operar de manera más ágil y a bajo costo. Las pequeñas y medianas empresas, gracias a su mayor flexibilidad, tienen una ventaja sobre las grandes corporaciones en tiempos de crisis, ya que pueden adaptarse más rápidamente a los cambios.
Fuente: EMOL