Brasil es el mayor exportador de grano del mundo, con un 24% de las exportaciones mundiales en 2022, y la congestión ha aumentado este año debido a las grandes cosechas y al bajo nivel de las aguas del río Amazonas.
Según afirma Filipe Gouveia, analista de transporte marítimo de BIMCO, entre enero y noviembre, el tiempo medio de espera ha alcanzado los 15 días. Por ello, se necesitan soluciones nuevas y más inteligentes que reduzcan el tiempo de espera y las emisiones de carbono del transporte marítimo.
En rigor, las exportaciones aumentan tras el inicio de la cosecha de soja en marzo y durante la cosecha de maíz en verano. Normalmente, la congestión es mayor durante los periodos de grandes volúmenes de exportación. Según la asociación brasileña de exportadores de grano, ANEC, la congestión ha sido especialmente alta este año debido a las grandes cosechas de grano. Durante los meses de cosecha, el almacenamiento disponible fue insuficiente, lo que empujó a los agricultores a aumentar rápidamente las exportaciones, sobrecargando los puertos.
La congestión empeoró a partir de septiembre, cuando el bajo nivel de las aguas en el Amazonas interrumpió el transporte marítimo en el norte. En los próximos años, la congestión podría seguir siendo un problema, ya que se espera que las exportaciones de grano de Brasil sigan siendo fuertes.
«La elevada congestión en Brasil pone de relieve la necesidad de gestionar mejor las llegadas de los buques. Si se adoptaran sistemas de llegadas virtuales o just-in-time, los tiempos de espera podrían reducirse y se lograría un gran ahorro en costes de combustible y emisiones de carbono», afirma Gouveia.
Propuesta de solución que ayude a descarbonizar
En la actualidad, los buques sólo pueden incorporarse a una cola para atracar a su llegada, lo que les obliga a navegar a velocidades regulares a pesar de la congestión que les espera.
Si se les permitiera entrar en la cola antes de la llegada, podrían optar por velocidades de navegación más lentas, ahorrando así cantidades significativas de combustible y reduciendo sus emisiones de carbono.
La llegada virtual es una solución para los buques que llegan a puertos con retrasos conocidos. Permite a los buques ajustar su velocidad durante un viaje para llegar justo a tiempo al puerto. El buque «llega virtualmente» a la hora prevista si hubiera continuado a la velocidad original, y la sobreestadía u otros gastos de detención se ajustan en consecuencia.
«Aunque el caso de Brasil es extremo, pone de relieve un problema que prevalece en todo el mundo. La práctica de que los buques naveguen a velocidad normal, emitiendo carbono innecesario, sólo para esperar en los atascos es intrínsecamente derrochadora».
«Los puertos, en cooperación con otros eslabones de la cadena de suministro, deben seguir aplicando nuevas soluciones a las colas para ayudar al sector del transporte marítimo a descarbonizarse», afirma Gouveia.