Luca de Meo, presidente de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), y consejero delegado del Grupo Renault, insta a los responsables de la toma de decisiones de la UE a implementar una política ambiciosa y estructurada para la industria de la automoción, de modo que pueda competir con las de otras regiones del mundo.
Preocupado por la pérdida de competitividad de la industria comunitaria, ha hecho un llamamiento en una carta abierta, en la que recuerda que esta industria “ha tenido durante mucho tiempo una ventaja competitiva en toda la cadena de valor de los vehículos con motor de combustión interna”.
Sin embargo, “este ya no será el caso de los vehículos eléctricos, al menos a corto plazo”. El motivo es que los competidores tienen «muchas cartas en sus manos que nosotros aún no tenemos» asegura.
Además, el apoyo por parte de las autoridades nacionales y locales ha sido enorme y sigue aumentando en China y Estados Unidos. De hecho, a través de la Ley de Reducción de la Inflación, Estados Unidos está impulsando a la industria hacia la transición verde.
Por su parte, el enfoque en Europa pasa por tratar de regular la industria, a menudo de manera no sincronizada. La propuesta Euro 7 sobre emisiones contaminantes, por ejemplo, impone límites poco realistas e incluso ralentizaría el avance hacia la descarbonización.
En este sentido, cumplir con la normativa supondría aumentos de costes que podrían disuadir a los clientes de comprar estos vehículos nuevos, advirtió de Meo. En este sentido, existe el peligro de que los automóviles más antiguos, con mayores emisiones, permanezcan más tiempo en las carreteras.
«Podríamos lograr una relación coste-beneficio mucho mejor si reorientamos las enormes inversiones que requeriría la normativa Euro 7 hacia la electrificación, haciendo que los vehículos eléctricos sean más asequibles y desarrollando tecnologías de cero emisiones para mejorar la flota«, asegura el presidente de Acea.
Desde la Asociación, creen que el Pacto Verde para la Industria, si se implementa con éxito, podría ser un primer paso para ayudar a mantener la inversión en la UE, al tiempo que salvaguarda el libre comercio en todo el mundo.
También esperan que la Ley Europea de Materias Primas Críticas mejore la capacidad comunitaria para extraer, refinar y procesar materias primas, así como mejorar la seguridad en el suministro. De lo contrario, los fabricantes seguirán estando en desventaja respecto a sus homólogos de otras regiones.
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