En los últimos 30 años, la cadena de suministro ha sufrido una fuerte transformación, por lo que ahora su gestión requiere de una planificación avanzada de la demanda, las ventas y las operaciones, mientras que la logística puramente operativa es a menudo externalizada.
La gestión de las diferentes operaciones implica decisiones sobre costes, inventario y servicio al cliente, por lo que es preciso mantener siempre una perspectiva global del proceso. En este sentido, la digitalización ha obligado a las compañías a rediseñar sus cadenas de valor, al mismo tiempo que han aumentado las expectativas de los clientes en lo que respecta al servicio.
Por tanto, las cadenas de suministro 4.0 deben ser mucho más rápidas y precisas para poder adaptarse a los cambios actuales y aprovechar en su beneficio las nuevas tecnologías. Así, actualmente es posible reducir los tiempos de entrega a unas horas, con sistemas de planificación, como las analíticas predictivas a partir de datos internos y externos.
Mientras que antes se realizaba una programación mensual, ahora es semanal o incluso diaria en el caso de los productos de elevada rotación. Además, se está trabajando en los envíos predictivos, una técnica que consiste en preparar el producto para su envío antes de que el cliente lo solicite.
También se aprecia una mayor flexibilidad en el proceso, ya que las nuevas tecnologías facilitan a las empresas la adaptación a los cambios en la demanda, minimizando los tiempos de planificación o los periodos de estancamiento. De este modo, cuando el producto ya ha sido enviado, los clientes pueden modificar el lugar de entrega.
Asimismo, la ‘uberización‘ del transporte implica una mayor agilidad en la distribución, con mayores oportunidades de conectar directamente con el cliente por parte del propio fabricante. Por otro lado, los clientes buscan cada vez una mayor personalización, por lo que las empresas deben gestionar la demanda de forma granular, con técnicas como la microsegmentación, la personalización masiva o una planificación más sofisticada.
En esta línea, los nuevos conceptos de distribución, como la entrega mediante drones, permitirán a las empresas gestionar las entregas de última milla de productos individuales de gran valor de forma más eficiente.
Por último, conviene señalar la automatización, que ha supuesto una gran mejora de la eficiencia. Así, destaca el uso de robots para transportar el material en los almacenes o el transporte en vehículos autónomos.
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