A fines de 2019 el mundo empezó a cambiar radicalmente. Desde entonces, una serie de acontecimientos sucesivos han transformado la economía mundial en un proceso que incluso hoy parece inconcluso… todo sigue desarrollándose de manera vertiginosa, señalan desde Nowports.
En el ámbito logístico, el tiempo que va desde el inicio de la crisis sanitaria hasta el momento actual, marcado indeleblemente por la invasión rusa de Ucrania, ha planteado nuevas necesidades para una cadena de suministro centrada más que nunca en ofrecer respuestas ágiles a un entorno de gran volatilidad, así como en convertirse en una estructura flexible y resistente para poder maniobrar en un contexto cambiante.
De cara a un 2023 en el que parece que las aguas se van calmando, con una pandemia más o menos controlada y el fantasma de la recesión menos intimidante, un reciente análisis de Transport Intelligence analizó las cinco tendencias que marcarán la gestión de las cadenas de suministro en los próximos meses.
De acuerdo con este análisis, la logística se enfrenta sobre todo a importantes cambios en los flujos comerciales internacionales, como consecuencia de las tensiones geopolíticas que se han reactivado en algunas zonas del planeta y que podría provocar procesos de relocalización industrial que obligarían a reorganizar cadenas de suministro, con inversiones en nuevas zonas de interés.
El estudio plantea que los cambios afectan a la propia estructura empresarial del sector logístico global, con cada vez más importantes procesos de integración dentro de un sector que cada vez tiene un componente más asociado a las nuevas tecnologías y que se abre irremediablemente a la colaboración para poder hacer frente a los nuevos retos que le propone el futuro inmediato.
Maximiliano Casal, COO de Nowports, desde los inicios de la pandemia pronosticaba que la industria logística tenía un gran desafío, iniciar proceso de digitalización para enfrentar «estos tiempos cambiantes».
Y claro, actualmente se habla de la evolución de la gestión logística que este año está atenta al impacto de la inflación y si se produce una recesión económica o no. Ambas variables tienen un impacto evidente en la demanda, así como en diferentes costes logísticos, como la mano de obra o los espacios de almacenamiento.
Así mismo, por otra parte, una posible relocalización industrial podría encontrar obstáculos en la falta de infraestructuras adecuadas y, al mismo tiempo, implicar dificultades adicionales para que las cadenas de suministro funcionen con la fluidez necesaria.
Por último se señala que los sucesos que vienen marcando al planeta desde fines de 2019 han puesto en evidencia la relación que existe entre diversos factores como la gestión del riesgo, la sostenibilidad y la resiliencia.
La gestión logística tiene que tener en cuenta amenazas que hasta ahora se pasaban por alto. A ello se suma que los procesos de sostenibilidad se mantiene como un valor indispensable en una gestión logística cada vez más orientada al cliente y la entrega de un buen servicio, señalan desde Nowports.