La ruptura de la cadena de suministros a causa del parón impuesto por la pandemia, la relocalización de empresas o “nearshoring” y la sostenibilidad en la producción de bienes y servicios están transformado la visión logística de las empresas centroamericanas, según nos comentaron desde SEAL, Servicios Especializados de Aduana y Logística.
“La pandemia incentivó la búsqueda de cadenas de logística mucho más eficientes”, explica a Agencia EFE, Rosalva Rivera, directora de Marketing de UPS Latam, quien constata además que de un tiempo a esta parte “hay más conciencia en temas de sostenibilidad”. Y a ello hay que añadir que el “nearshoring” o relocalización “aumenta la presencia de las empresas en zonas mucho más estratégicas, lo cual les permite atender regiones más amplias, con un impacto menor en los costos”.
Rivera reconoce que la crisis climática y las tendencias globales en materia de sostenibilidad plantea desafíos en la reconfiguración global de las cadenas de suministro en el mundo.
“Las compañías buscan nuevos proveedores y eso representa una oportunidad de desarrollo para los países en los que se implementan estas cadenas de logística”. En efecto, “está habiendo un cambio en la tendencia de los consumidores que representa un reto para las cadenas de suministro”, considera. En opinión de la gerente de Marketing de UPS, “cada vez hay más compañías que seleccionan a sus proveedores por las opciones que les ofrecen para mitigar la huella de carbono”.
Guatemala y el Nearshoring
Guatemala tiene una serie de ventajas competitivas y es un destino ideal para la inversión. Es que la estabilidad macroeconómica y las leyes pro-inversión que se han impulsado desde el Organismo Ejecutivo y el plan “Guatemala No se Detiene”, hacen del territorio guatemalteco el destino ideal para el nearshoring.
El mencionado plan tiene 5 pilares y una hoja de ruta coherente para lograr el objetivo de que, en los próximos 15 años, se lleguen a crear 2.5 millones de puestos de trabajo. Esta hoja de ruta contempla acciones contundentes en la atracción de inversiones, competitividad y clima empresarial para la seguridad jurídica de los inversores, infraestructura, capital humano y turismo.
Sólo en el 2022, la Inversión Extranjera Directa (IED) de Guatemala superó la meta establecida de US$1,500 millones (el cierre a diciembre sumó más de US$1,800 millones) con los que se crearon en el país más de 48,000 empleos, mientras que para este año se tiene una meta de US$1,700 millones, indicaron desde SEAL, Servicios Especializados de Aduana y Logística.
Entre las razones de por qué las empresas de cualquier parte del mundo deben ver a Guatemala como su mejor aliado en la región, se mencionó las siguientes: los TLC que ha suscrito permiten mayor inversión en mercados clave, su territorio ofrece cercanía y acceso preferencial con mercados claves a nivel global, sus puertos y aeropuertos constituyen una plataforma logística intermodal, posee la mayor capacidad instalada del triángulo norte para la producción de electricidad, ofrece a los potenciales inversionistas regímenes especiales e incentivos, posee un creciente talento humano como su recurso más valioso y, por medio del Programa Nacional para la Competitividad (Pronacom), ofrece servicios estratégicos de prospección, radicación y post inversión útiles para operar en toda la región.