Aunque se vivió algo similar el año pasado para el mes de julio, se olvidó rápidamente y se siguió adelante porque son trabajadores y lo único que querían era poder seguir trabajando.
Al parecer, no aprendimos que el derecho al libre tránsito debía respetarse y, sobre todo, protegerse. Ante la ausencia de seguridad para transitar, tuvimos un año para resolver e impedir que esto no volviera a pasar, pero no lo hicimos y ahora estamos en esta crisis.
Si decimos que Panamá es un país logístico y el HUB de las Américas, nos dimos cuenta de que la Interamericana como vía principal para mover carga hacia Centroamérica no es suficiente. Hoy, son algunos grupos los que buscan desestabilizar el país; mañana puede ser un terremoto, inundaciones, porque nunca más debemos dejar que nada ni nadie nos tranque el país. Sabemos lo que no tenemos. No tenemos infraestructura portuaria; decían que no le iban a dar la espalda al mar, pero no sólo le dieron la espalda, lo olvidaron. De manera inmediata, mínimo espero que haga estas cosas:
1. Programa de infraestructura para manejo de agua para el Canal.
2. Programa de agua potable para la capital y alrededores, que no dependan de Gatún.
3. Desarrollo de los puertos en el interior del país.
4. Conectividad interna del país.
5. Sistema de participación ciudadana en proyectos de envergadura, que cambien marcadamente la faz del país, para que no nos pase de nuevo lo de la situación que se ha generado con el tema de la minería.
Cuando hablo de conectividad, no sólo hablo de una carretera especial para mover la carga desde Darién hasta Paso Canoas, sino de desarrollar la industria marítima auxiliar en Chiriquí y Bocas del Toro.
En este último mes, el panameño se ha visto expuesto a una odisea, moviendo la carga por barco sin la infraestructura necesaria para recibirla en los diferentes pequeños puertos del país, específicamente en Bocas del Toro, Chiriquí y Veraguas. Esto deja en evidencia la falta de visión que se tiene como país marítimo portuario.
Resiliencia
En toda crisis hay una oportunidad, y aquí se ven las oportunidades. Exijamos a nuestro actual y futuros Presidentes que de ninguna manera se puede volver a permitir el cierre prolongado e indefinido de las calles como ha venido ocurriendo. Esto jamás puede volver a pasar. Nos queda un largo camino por recorrer, pero como alguien me dijo “Panamá es un corcho y de esta saldremos a flote”.
Descarbonización
Desarrollar competencias es vital para descarbonizar el transporte de carga. Avanzar hacia una economía mundial de bajas emisiones creará decenas de millones de nuevos «empleos verdes» en sectores como el transporte marítimo. Se prevé que sólo el sector de las energías renovables genere 38,2 millones de puestos de trabajo de aquí a 2030.
Los efectos de la transición ecológica en el empleo también exigen que los trabajadores de múltiples sectores se reciclen y mejoren. Esto, unido a las nuevas tecnologías, como la inteligencia artificial (IA) y la digitalización, requiere una inversión en competencias para garantizar que la futura mano de obra prosperará en 2030 y más allá.
La transición ecológica del transporte marítimo no es diferente. La descarbonización del transporte marítimo, que actualmente representa el 3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), traerá consigo oportunidades de creación de empleo ecológico en las nuevas cadenas de valor, y se prevé que el 87% de la infraestructura sea terrestre.
Según la Alianza por el Hidrógeno Verde en África, la producción de hidrógeno verde -combustible promocionado para el transporte marítimo sin emisiones- podría crear entre 2 y 4 millones de empleos verdes de aquí a 2050 en los países miembros.
También existe una importante necesidad de desarrollo de competencias para el transporte marítimo ecológico. Un marino formado actualmente en petróleo marítimo necesitará una formación adicional a medida que el sector transite hacia futuras tecnologías de combustibles alternativos, como el hidrógeno, el amoníaco y las baterías.
El cumplimiento de los objetivos de descarbonización, unido a los rápidos avances tecnológicos y a las cada vez más numerosas tecnologías de los buques inteligentes, refleja una tendencia general hacia un marino «más cualificado» y requiere mayores competencias digitales, científicas, tecnológicas, de ingeniería y matemáticas (STEM), de seguridad y organizativas para satisfacer las demandas de emisiones netas cero.
Mano de Obra
La velocidad y la escala de la mejora de las cualificaciones de la mano de obra marítima mundial están inevitablemente vinculadas a la velocidad de su descarbonización. Dentro del espíritu y el marco del Acuerdo de París, aún queda mucho por decidir en cuanto a la trayectoria de reducción de emisiones del sector de transporte marítimo mundial mientras el tiempo se agota.
Los gobiernos de todo el mundo se reunieron en noviembre por ocasión de la Asamblea de la Organización Marítima Internacional (OMI), la rama naviera de las Naciones Unidas. Allí debatieron y adoptaron una estrategia revisada sobre los gases de efecto invernadero, un documento que probablemente comprometa al mundo con un objetivo más ambicioso de reducción de las emisiones de carbono y otras emisiones generadoras de cambio climático del transporte marítimo.
Las organizaciones de la industria y muchos Estados miembros reclaman emisiones cero totales para 2050, con objetivos reforzados para 2030 y 2040 para alinearse con los 1,5ºC del Acuerdo de París, reforzados en la COP27 de Sharm-el-Sheikh.
Según el análisis encargado por el Maritime Just Transition Task Force, esto representaría una diferencia de formación entre 800 000 marinos para mediados de la década de 2030, en comparación con 350 000 marinos para finales de la década de 2050. Esto supone una gran diferencia en términos de plazos de formación y desarrollo de capacidades.
Por suerte para el transporte marítimo, su norma mundial de formación -el Convenio STCW- es objeto de una exhaustiva actualización. En un comité menos conocido de la OMI, el Subcomité de Elemento Humano, Formación y Guardia (HTW ), los delegados de los gobiernos nacionales se reunieron en Londres este mes para empezar a debatir lo que debería suponer la revisión del Convenio, qué cualificaciones serán necesarias para la transición ecológica del transporte marítimo y las tendencias más generales que afectan al sector.
Esto representa una oportunidad real para que el transporte marítimo demuestre un planteamiento político coherente entre las políticas de cualificaciones y ambientales, y para que los gobiernos nacionales garanticen que su mano de obra pueda aprovechar las oportunidades de empleo ecológico en la industria marítima, y evitar que sus ciudadanos e industrias se queden fuera.
Se necesitan medidas nacionales para un transporte de carga con bajas emisiones
Los gobiernos nacionales también pueden garantizar una mejor coordinación entre sus propios departamentos, ministerios, agencias y autoridades responsables de las palancas políticas que hay que activar para preparar a la población y las infraestructuras para un futuro con bajas emisiones de carbono.
El transporte marítimo mundial ya está abriendo camino en lo que respecta a garantizar una transición justa, al establecer el primer grupo de trabajo dedicado a apoyar una mano de obra que se adapte a la descarbonización. El siguiente paso puede ser que los gobiernos demuestren un enfoque conjunto y coordinado del desarrollo de capacidades y de la política sobre cambio climático.
Wendy Sagel
Directiva de la Cámara Marítima de Panamá
Fuente: CMP
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