Puerto Cortés, en Honduras, hizo gala de sus tiempos de atención a buques y la disminución de los costos logísticos para ponerse a la orden de sus vecinos congestionados. La Operadora Portuaria Centroamericana (OPC), que administra el estuario, informó que trabaja para mejorar, aún más, los tiempos en el movimiento de carga que pasa por la terminal, lo que se traduce en una disminución de costos logísticos, gracias a los altos niveles de eficiencia.
En una nota de prensa publicada en su sitio web, la OPC informa que Puerto Cortés es el puerto del Atlántico del CA-4 y Belice que mueve los mayores volúmenes de carga anual, según el documento, el terminal marítimo mueve cerca de 700.000 TEU en doce meses.
Además, al contrario de lo que sucede en otros puertos de la zona, en Puerto Cortés los muelles están operando a un 40%, lo que significa que hay grandes oportunidades para incrementar volúmenes regionales y ser una alternativa a situaciones de crisis de puertos vecinos que sufren de congestionamiento de carga llegando a limitar el comercio exterior de la región.
Uno de los principales beneficios que ofrece Puerto Cortés es que la carga en tránsito no está sujeta a revisión de aduanas en Honduras. Un contenedor que va para El Salvador, Nicaragua o Guatemala no está sujeto a revisión, si el cliente tiene todos sus documentos en orden. La carga puede salir de la terminal en menos de dos días, lo que genera grandes ahorros en tiempo y dinero.
Otra ventaja es la participa en la iniciativa Container Security Initiative (CSI) otorgado por la U.S. CBP (Protección de Aduanas y Fronteras de EEUU, por sus siglas en inglés), que permite que los contenedores con destino a Estados Unidos sean pre-liberados por la autoridad, lo que implica un riesgo menor frente al Servicio de Aduanas de ese país.
Cabe recordar, que estamos frente a lo que podría ser una reacción en cadena con la congestión del transporte marítimo en los mundiales, específicamente los puertos chinos que en cuanto empiece a relajarse traerá consigo un caos en los puertos en Europa y EE.UU.
Además unido esto a la guerra de Rusia en Ucrania, que está afectando en buena medida con temas energéticos y alimentarios al mundo, podrían ser el cóctel preciso para acelerar una caída en recesión para las economías más grandes del mundo y un coletazo muy fuerte al resto de países del globo que ya están sufriendo los efectos de la inflación.
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