Airbus y Safran prevén que las interrupciones en la cadena de suministro continúen al menos hasta 2024, complicando la producción de las empresas aeroespaciales europeas, según ha informado Bloomberg.
El consejero delegado de Airbus, Guillaume Faury, afirmó a la emisora de radio France Inter que los problemas de componentes podrían prolongarse hasta finales del año que viene o incluso hasta 2025.
’’Faltan piezas de aviones como asientos, faltan equipos, faltan personas, faltan semiconductores y faltan materias primas’’, alertó Faury. Asimismo, la compañía francesa está luchando por acceder a materiales como el acero, el aluminio, el titanio e incluso las resinas, según su consejero delegado, Olivier Andries.
Bloomberg ha señalado que la escasez de componentes ha obligado a Airbus a ralentizar un ambicioso aumento de la producción del A320, mientras que las sanciones vinculadas a la invasión rusa de Ucrania también han dificultado a Airbus, Boeing y sus subcontratistas la obtención de materias primas como el titanio, lo que ’’ha disparado los precios’’.
Organismos hacen esfuerzos para asegurar el suministro de componentes
La Unión Europea ha tomado conciencia en el último año de que no puede depender de importaciones de productos tecnológicos que dominan los Estados Unidos y China. Demasiadas cosas están en juego, principalmente gran parte de la producción industrial de la zona económica, incluyendo una automoción que ha sufrido duramente la escasez en el suministro de componentes electrónicos.
Para poner fin a esta situación de dependencia que también se extiende a otros ámbitos estratégicos como la energía, la Comisión Europa ha propuesto un conjunto completo de medidas para garantizar la seguridad del suministro y la producción de componentes electrónicos.
En concreto, la Comisión propone movilizar más de 43.000 millones de euros de inversiones públicas y privadas para prevenir, y responder rápidamente ante cualquier interrupción que pueda producirse en el futuro de las cadenas de suministro de componentes electrónicos y microchips.
Esta iniciativa permitirá a la Unión Europea duplicar su cuota de mercado en este segmento hasta alcanzar el 20% de la producción mundial en 2030. Además, la Ley Europea de Chips garantizará, según la Comisión, que la UE disponga de las herramientas, habilidades y capacidades tecnológicas necesarias para convertirse en líder en este campo.
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