El sostenido auge del comercio electrónico ha motivado un cambio de paradigma en el reparto de última milla, especialmente en lo relacionado con el denominado Quick Commerce o entregas ultrarrápidas. En la sesión Last Mile & Fulfillment Challenges de la BNEW, diversos actores de la última milla han insistido en la necesidad de concienciar al consumidor sobre los efectos medioambientales de este tipo de servicios.
“Lo que no pague el consumidor, lo pagará el medioambiente”, ha manifestado el director de 3S Institute, Chisco García, que ha pedido coherencia a los clientes. El ejecutivo agregó que “no puede ser que volemos en low cost y luego nos cueste más recibir un paquete en casa en dos minutos en términos medioambientales”.
En ese sentido, la consejera delegada de UPS España y Portugal, Elisabeth Rodríguez, ha informado de que el 50% de los españoles ya prefiere la compra online. “La educación en el consumidor es fundamental para que sean conscientes de si son necesarias las entregas ultrarrápidas”, ha comentado. Por su parte, el jefe de Operaciones de Alfilxpress, Andrés Martínez, ha reconocido que “el cambio de paradigma no está acompañado del cambio de mentalidad en el consumidor”.
Además, “lo que se ha logrado con la tecnología se ha perdido en la responsabilidad social”. En su opinión, dijo Martínez, en unos años deberían plantearse soluciones en los barrios para que los consumidores puedan recoger sus paquetes y tengan una compensación extraordinaria cuanto más sostenible sea esa recogida”.
En línea con este argumento también se ha expresado el presidente de UNO, Francisco Aranda, que ha insistido en su “necesitamos que la ciudad se adapte a la labor del transporte, porque no puede ser que aún no haya un carril específico para distribución urbana de mercancías”. Bajo su punto de vista, existen soluciones posibles, como la opción del reparto nocturno, el uso de las nuevas tecnologías para planificar rutas y entregas o la flexibilización en restricciones de horarios de entrega, que ya están sobre la mesa, pero que exigen conocimiento de la realidad para legislar.
Crisis de conductores en Europa
El presidente de UNO es partidario de que la formación de las futuras generaciones se financien, puesto que pueden llegar a costar 6.000 euros. También ha abogado por clarificar qué requisitos son necesarios para ser transportista profesional y dignificar la profesión.
La falta de condiciones adecuadas también afecta al reparto de la última milla, puesto que los repartidores empiezan a escasear, aún siendo una figura con mayor protagonismo en la cadena de suministro. “Ellos son el nuevo marketing del modelo de negocio”.
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