Las tradicionales bodegas o almacenes de barrio, están teniendo un cambio radical en su forma de llegar al cliente habitual. En efecto, el añoso punto de venta de los sectores residenciales también se están subiendo aceleradamente a la ola de la digitalización, lo cual trae beneficios a los consumidores, a los propios bodegueros y a la sociedad en general.
Según especifica El Comercio, ya se comienzan a ver algunos pasos de digitalización en el servicio al cliente, como los catálogos que los bodegueros circulan por WhatsApp y la adopción de alternativas de pago a través de aplicativos como Yape, Plin, Tunki o Lukita o de links de pago online. Esto, junto con las restricciones a la movilidad, ha acelerado la transición hacia la “omnicanalidad” bodeguera.
Cuando inició la crisis del Covid-19, menos del 5% del canal de bodegueros hacía delivery. Hoy, esa cifra ya es un 15%, un salto espectacular, pero que refleja una potencial mayor penetración que aún se puede fortalecer. En la trastienda de las bodegas, la revolución ha llegado en la forma del E-Commerce B2B para relacionarse con los proveedores de mercadería.
Con esta solución, los bodegueros pueden realizar sus pedidos, tanto de productos como de decenas de ítems de otras categorías, desde el celular de forma enteramente digital, como quien pide una movilidad por Uber o un delivery por Rappi. El ritmo de adopción de esta solución ha sido de más de 250 mil bodegas ya usan el aplicativo a pocos meses de su lanzamiento.
Para las empresas de consumo masivo, este será un campo de competencia transversal a todas las categorías y en el que ganarán las preferencias de los bodegueros aquellas soluciones que les den un mayor valor en la gestión de su negocio, como la gestión de inventarios o el acceso a tendencias de los consumidores de sus barrios.
La competencia por el bodeguero digital no se da sólo en el consumo masivo, sino que la vemos también con entusiasmo en la dinámica de la banca y de las fintech, que buscan apalancarse en tecnología digital para llegar con créditos a estos clientes, por largo tiempo considerados poco relevantes para el sistema financiero
Finalmente, también cabe recordar el rol económico y social de las bodegas, como fuente de ingresos para cientos de miles de familias y punto de abastecimiento y encuentro de los barrios. En ese sentido, la digitalización también permite avanzar en la bancarización, la inclusión financiera y la formalización de estos negocios.
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