Según datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), durante el año 2022 Chile importó un total de 242.806 toneladas de carne bovina, consolidándose como uno de los principales destinos en Sudamérica para la carne importada.
El 52% de estas importaciones provinieron de Paraguay, seguido por Brasil con un 32%, y Argentina con un 9,5%. En ese mismo período, la carne estadounidense tuvo una participación modesta, cercana al 1%. Sin embargo, en lo que va del 2025, esa participación ha duplicado su presencia, manteniendo el mismo orden en el ranking de países proveedores.
¿Por qué está creciendo el consumo de carne estadounidense?
La respuesta está en la propuesta de valor del producto, basada en la calidad, sabor, textura y frescura que ofrece la carne americana, características muy valoradas por el consumidor chileno de carnes premium. Esta carne es clasificada bajo estándares del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), según el grado de marmoleado —es decir, la cantidad y distribución de grasa intramuscular en el corte— un indicador clave en la jugosidad y sabor de la carne.
Las principales categorías que llegan a Chile son:
USDA Prime: el más alto nivel de marmoleado, altamente demandado por restaurantes y consumidores exigentes.
USDA Choice: con menos marmoleado que Prime, pero todavía con excelente sabor y textura.
USDA Select: con menor marmoleado, pero aún considerado de alta calidad.
En Chile, la carne americana que se importa corresponde principalmente a las categorías Choice y Prime, y su posicionamiento ha estado impulsado no sólo por la calidad sensorial del producto, sino también por una logística altamente eficiente y controlada.
El factor clave: la logística en frío
El éxito en la comercialización de carne americana en el mercado chileno está directamente vinculado con la logística en frío, particularmente la integridad de la cadena de frío desde su origen hasta el punto de venta. Cualquier quiebre en esa cadena puede traducirse en pérdidas económicas significativas, dado el alto valor del producto y su vida útil relativamente corta (shelf life).
Para mitigar riesgos, la carne estadounidense suele ser transportada en contenedores refrigerados tipo reefer o incluso por vía aérea, especialmente en cargas urgentes o destinadas a supermercados y restaurantes de alta rotación. Este tipo de transporte permite conservar la frescura y mantener la temperatura constante entre 0°C y -1.5°C, que es el rango óptimo para preservar carne fresca sin necesidad de congelarla.
En este contexto, Green Logistic se ha consolidado como un referente estratégico en la importación y distribución de carne premium en Chile. Su especialización en logística refrigerada de alto valor permite garantizar la trazabilidad y control térmico continuo desde el momento en que la carga es recepcionada en el frigorífico de origen, en Los Ángeles (EE.UU.), hasta su llegada al aeropuerto de Santiago, donde es entregada directamente al cliente final.
Gracias al uso de tecnología avanzada de monitoreo en tiempo real, Green Logistic puede detectar y resolver cualquier desviación en la temperatura de forma proactiva, asegurando así la integridad del producto durante todo el trayecto. Esta capacidad de reacción ante contingencias, junto con una red de transporte sincronizada y eficiente, permite ofrecer entregas confiables, puntuales y con un impacto ambiental reducido, alineadas con los estándares más exigentes del mercado internacional.
Además, el uso de aviones de nueva generación con mayor eficiencia energética ha permitido reducir la huella de carbono del transporte aéreo, situándola incluso por debajo del impacto de algunas rutas terrestres o marítimas nacionales de larga distancia.
Cambios en la percepción y sostenibilidad del producto
Durante años, la carne estadounidense fue cuestionada en Chile por prácticas asociadas al uso de anabólicos, condiciones de confinamiento intensivo en feedlots y preocupaciones medioambientales. No obstante, en la última década, ha habido un cambio profundo gracias a normativas USDA, que hoy permiten garantizar la importación de carne 100% natural, libre de hormonas y anabólicos, con certificación sanitaria y trazabilidad completa.
Las marcas que actualmente llegan al país han desarrollado modelos de producción sustentable, con un enfoque en el bienestar animal, el uso de alimentación controlada y condiciones de crianza que se ajustan a estándares internacionales de sustentabilidad.
Expansión geográfica del consumo
Aunque el consumo de carne premium sigue concentrado principalmente en la Región Metropolitana, se ha observado un crecimiento significativo en zonas costeras del norte y sur de Chile, especialmente en centros turísticos. Esto responde a un perfil de consumidor premium que viaja, demanda productos de alta calidad sin importar su ubicación, y está dispuesto a pagar más por una experiencia gastronómica diferenciada.