Ecuador se enfrenta a un futuro incierto mientras se avecina el fenómeno de El Niño 2023-2024, cuyas proyecciones apuntan a pérdidas económicas significativas, especialmente en el sector primario, de acuerdo a lo expresado por la Secretaría de Gestión de Riesgos, basándose en información de organismos como el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) y el Sistema Integrado de Acuacultura y Pesca (SIAP), estima pérdidas por cerca de USD 3.793 millones solo en este sector.
El fenómeno de El Niño 2023-2024 se caracteriza por un aumento en las anomalías cálidas de temperatura en el Pacífico central desde abril, indicando su intensidad moderada. A pesar de que es difícil prever la magnitud exacta de su impacto, los expertos advierten que los efectos podrían amplificarse debido al calentamiento global y a las vulnerabilidades específicas de las zonas costeras de Ecuador, donde 12 millones de habitantes residen a menos de 1.500 metros de altura y hacia el Pacífico.
El impacto económico proyectado es alarmante, ya que podría superar las pérdidas causadas por el histórico fenómeno de El Niño 1997-1998, que representó el 17% del Producto Interno Bruto (PIB) de Ecuador, con pérdidas económicas por USD 2.882 millones.
Las pérdidas estimadas se distribuyen de la siguiente manera en el sector primario: Agricultura: pérdidas estimadas de USD 1.800 millones, lo que equivale al 44% de la superficie agrícola afectada, con posibles afectaciones en 120 productos y 945.504 hectáreas dañadas en todo el país.
Camaroneros: proyección de pérdidas de USD 1.600 millones, representando el 25% de las exportaciones de 2022 en el sector acuícola camaronero. Ganadería: pérdidas estimadas de USD 271.5 millones, principalmente en la cría de bovinos y aves, con un impacto menor en la cría de cerdos, según los escenarios proyectados por el MAG.
Pesca Artesanal: pérdidas proyectadas de USD 121.7 millones, afectando a 32,000 pescadores artesanales en recolección, pesca oceánica y costera.
María del Pilar Cornejo, especialista en Meteorología y Oceanografía de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol), enfatiza que la variabilidad de los eventos de El Niño no es lineal y subraya la importancia de la prevención, especialmente en zonas previamente inundadas durante la temporada de lluvias.
Por otra parte, la Cámara de Agricultura de la Segunda Zona informa que las pérdidas en las lluvias del inicio de este año ascendieron a USD 200 millones en Guayas, Los Ríos, El Oro y Santa Elena, estimando que estas cifras podrían triplicarse con la llegada de El Niño.
Los impactos también se extienden al sector camaronero y acuícola, que ya enfrenta desafíos por la crisis de inflación y tasas de interés altas, particularmente en los mercados de Estados Unidos y Europa, que representan el 38% de las exportaciones de camarón ecuatoriano. La infraestructura de soporte de la acuacultura se encuentra en zonas inundables, lo que aumenta la vulnerabilidad del sector.
