Las condiciones del comercio internacional van mejorando paulatinamente pese al incierto contexto geopolítico global. En algunos sectores ya se considera que la fase de incertidumbre existente hasta ahora se habría superado.
Lo anterior, descontando los conflictos armados en Ucrania y Oriente Medio, cuya duración es imprevisible, pero que, al mismo tiempo, parecen acotados de cara a posibles escaladas, salvo que se produzcan nuevos movimientos. De manera específica, el mercado de transporte marítimo internacional vive una etapa en la que los fletes parecen contenidos, con una demanda que parece absorber con decisión la incorporación de nueva capacidad, especialmente debido al masivo desvío de tráficos por el cabo de Buena Esperanza y la consiguiente dilatación de los viajes que alarga también los circuitos e implica la necesidad de contar con más barcos para mover volúmenes de carga similares.
En este contexto, Maersk ha actualizado esta semana sus previsiones económicas sobre la base de sus datos adelantados de facturación para el tercer trimestre de 2024. Si hasta ahora la naviera danesa estimaba que el mercado mundial de transporte marítimo de contenedores iba a terminar 2024 con un crecimiento de entre un 4% y un 6%.
Sin embargo, ahora la compañía sitúa este incremento en el rango alto de esta banda y prevé que el ejercicio terminará con una subida de un 6%. En este actualización de sus perspectivas, Maersk ha tenido en cuenta tanto sus sólidos resultados del tercer cuarto del año en curso, como la fortaleza de la demanda y la situación en el mar Rojo.