La victoria de Daniel Noboa ha entusiasmado a los inversionistas internacionales, quienes están moderadamente optimistas sobre el futuro económico de Ecuador y su capacidad para cumplir con sus compromisos y deudas pendientes.
En los mercados internacionales existe un moderado optimismo por la elección de Daniel Noboa como presidente del país latinoamericano y se esperan definiciones sobre cómo concretará su plan económico, pero se sabe que el tiempo del gobierno es corto.
Esto se tradujo en una subida de entre uno y dos centavos en el precio de los bonos de deuda externa ecuatoriana, lo que los inversionistas consideran como un plan económico pro mercado y de apertura en contraposición a la propuesta de su contendiente Luisa González.
Este incremento es un cambio importante si se toma en cuenta que, ante la incertidumbre política y la inestabilidad del Gobierno de Lasso, el precio de los bonos ecuatorianos han sufrido constantes caídas desde hace algún tiempo.
Por eso, se ve al presidente electo, quien es el más joven en la historia de Ecuador, como una oportunidad para superar la deuda externa. Sin embargo, bancos como Barclays apuntan a que en un tiempo tan corto (18 meses aproximadamente), y con una asamblea fragmentada, también existen riesgos de que se eludan las reformas y medidas de fondo que necesita Ecuador en términos fiscales y de economía productiva.
Además, todavía es una incógnita cuál será la composición completa del gabinete y los funcionarios claves en sectores como impuestos, aduanas, Petroecuador, entre otros, puesto que consideró que el plan de gobierno de Noboa va en la línea correcta en términos de defensa de la dolarización, apertura y búsqueda de impulsar una economía más eficiente.
Sin embargo, muchas de las medidas propuestas no tienen efectos inmediatos y pueden ser costosas de implementar en un corto e inclusive mediano plazo.
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