La suspensión del límite de deuda en Estados Unidos responde a la necesidad del país norteamericano de cubrir un déficit fiscal fuertemente acentuado por políticas de «relajación cuantitativa» que han contribuido a la inflación interna, afectando además a los países emergentes y periféricos por la vía del aumento de las tasas de interés, sostuvo el economista argentino, Jorge Marchini.
El profesor de Economía en la Universidad de Buenos Aires y vicepresidente de la Fundación para la Integración Latinoamericana (FILA) se refirió, en entrevista publicada por Agencia Xinhua, a la ley para suspender de manera temporal el techo de la deuda en Estados Unidos, promulgada recientemente tras haber sido aprobada a última hora por Congreso y Senado.
«La relajación cuantitativa ha llevado al mejoramiento de la actividad económica. Pero, también, a un nivel muy fuerte de endeudamiento tanto público como privado. Esto ha generado una mayor inflación en la que han incidido, además de factores internos, otros externos como la alteración de las cadenas de valor«, expresó Marchini, quien añadió que «el aumento de la tasa de interés forma parte también de este escenario».
El economista recordó que «Estados Unidos es el gran tomador de deuda internacional«. Y que, en el actual escenario, el punto de observación sería la capacidad financiera internacional para poder prestarle al país, en un contexto de altas tasas de interés e inflación, siendo un elemento fundamental para los flujos financieros el tema de la confianza en la economía estadounidense.
En el caso de los países emergentes y periféricos, el aumento del techo de la deuda en Estados Unidos impactaría por la vía de un mayor incremento de las tasas de interés, en caso de que Washington deba hacer más atractivos sus bonos para disminuir la percepción del riesgo, todo lo cual conduciría a una salida de capitales desde todas estas economías.
«En general, la deuda pública de los países periféricos aumentó en los últimos años. Mucho tuvo que ver la pandemia. Pero este escenario de endeudamiento rápido, con buenas condiciones de intereses, está cambiando. Por lo tanto, hay un incremento de tasas y restricción de flujos que en los países periféricos aumenta«, indicó.
Marchini agregó que «el hecho de que la demanda de Estados Unidos de deuda pública sea un succionador de recursos implica que estos se limitan, en forma general, con respecto a los países periféricos». Para el economista, «no está planteado que Estados Unidos esté actualmente en una situación de impago«, si bien un mundo convulsionado y distorsiones comerciales en las cadenas de valor «afianzan una idea de inestabilidad financiera».
El aumento en las tasas de interés prosiguió, impactará sobre las economías norteamericana e internacional si la inflación sigue siendo alta. En opinión de Marchini, los países periféricos de América Latina deben ahora «buscar caminos de equilibrio y una mayor complementación». El aumento de tasas en los bonos norteamericanos ha repercutido históricamente sobre países como Argentina, con una inestabilidad macroeconómica importante, recordó el economista.
«Nuestras economías deben observar y cuidar sus balanzas de pago y cuidar el equilibrio económico-social. Deben tener capacidad de mantener la actividad económica y los flujos comerciales, manejando mejor el ahorro local y no incentivar la especulación financiera», recomendó.
Los países latinoamericanos deben dinamizar todavía más las relaciones entre las economías periféricas y, en momentos de crisis e incertidumbre, buscar elementos de complementación mayor, acotó; siendo una de estas posibilidades el intercambio de monedas locales. «En el momento en que haya desequilibrios, apostar al equilibrio, es decir, buscar una mayor complementación en vez de solo beneficios propios«, zanjó el economista.
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