Tendencias que marcarán la eficiencia en la gestión de las cadenas de suministro el 2024

Visibilidad, velocidad y variabilidad, los tres conceptos en conjunto generan ventajas competitivas.
EFE

Desde 2020 se vienen registrando cambios de gran calado que están transformando los hábitos de consumo en todo el planeta. De igual manera, todas estas modificaciones se trasladan a la gestión de las cadenas de suministro.

Estas intentan adaptarse a las nuevas necesidades que plantean los consumidores en un escenario de fuerte incertidumbre. Según un análisis de Axis Corporate, cuatro tendencias clave influirán de manera significativa en las cadenas de suministro a lo largo del próximo 2024.

En primer lugar se detecta un auge sostenido del comercio electrónico tras el impulso de la pandemia. Sin embargo, al mismo tiempo, el canal físico también está recuperando el espacio perdido durante la crisis sanitaria. Ante esta nueva realidad se impone la combinación de ambos canales a través de una experiencia omnicanal.

Expertos han asegurado que es muy importante que tanto la industria como los grandes almacenes y minoristas, encaminen sus esfuerzos para mejorar la experiencia del comprador en cualquiera de los dos canales.

En segunda posición, el precio parece alzarse como diferenciador principal en un contexto de fuerte incertidumbre económica, pese a que el incremento de la inflación parece moderarse.

En consecuencia, el análisis resalta que la lealtad a las marcas está en declive y los consumidores buscan obtener un mayor valor por su dinero, incluso abandonando sus marcas de referencia.

Al tiempo, las empresas deben evolucionar ofreciendo productos con un mejor equilibrio calidad-precio o atributos innovadores que resuenen con sus clientes, mientras que se enfrentan el desafío de reducir costos para esquivar sus efectos.

En tercer lugar, las redes sociales y los influencers se abren paso para conectar con audiencias específicas y generar confianza puede ser una herramienta poderosa para impulsar las ventas y ayudar a las empresas a adaptarse a las nuevas formas de compra de los consumidores.

Por último, los valores se convierten en elementos determinantes para elegir una marca, como parte de un contexto en el que los consumidores más jóvenes muestran un interés significativo en cuestiones sociales como la diversidad, la igualdad y la inclusión, mientras que los de mayor edad tienden a prestar mayor atención a aspectos ambientales y de salud.

Así pues, las empresas capaces de integrar de manera efectiva consideraciones éticas, sociales y medioambientales en su propuesta comercial estarán en una posición ventajosa para responder a las demandas diversificadas de los consumidores, fortaleciendo así su presencia en el mercado de manera duradera y significativa.

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