DHL ha elaborado un libro blanco que, con el título ‘Delivering Next-Level Healthcare’, analiza cómo está cambiando el sector de la salud y qué implicaciones tiene este proceso de transformación en la gestión de sus cadenas de suministro.
En este sentido, el trabajo apunta que los avances que se están produciendo en el diagnóstico y en el tratamiento de algunas enfermedades está provocando que la gestión logística evolucione también para intentar adaptarse a las nuevas necesidades del sector farmacéutico y de la salud. Así pues, se detectan seis tendencias emergentes llamadas a configurar el nuevo ecosistema de las cadenas de suministro del ámbito de la salud.
En primer lugar, el sistema de salud tiende cada vez más a poner al paciente en el centro de toda su actividad, lo que estrecha la conexión entre la industria farmacéutica y los usuarios, obligando a buscar sistemas con mayor capacidad en un entorno cada vez más descentralizado.
Así mismo, las terapias avanzadas implican medicamentos personalizados que permiten que los pacientes no tengan que desplazarse a los centros hospitalarios para recibir sus dosis. Como consecuencia, surgen nuevos servicios para llevar los compuestos farmacológicos en sus condiciones óptimas a cada usuario en sus domicilios, pero sin perder de vista la sostenibilidad en los servicios de reparto y manteniendo los niveles de servicio existentes en otros segmentos menos exigentes.
A su vez, las nuevas tecnologías permiten afinar las cadenas de suministro para que cumplan con los rigurosos estándares que son habituales en la logística sanitaria y farmacéutica, impulsando una mayor trazabilidad o un control más adecuado de la cadena de frío, entre otros aspectos.
Por otra parte, los nuevos ecosistemas que surgen en la industria farmacéutica obligan a las cadenas de suministro a adaptarse a nuevos esquemas de trabajo, mientras que la sostenibilidad implica mayor rigor en aspectos como el embalaje sin renunciar a los estándares de calidad propios de este segmento.
Finalmente, la resiliencia es un valor al auge en todo el sector logístico y en este ámbito de forma en particular, en el que la actividad logística tiene que adaptarse a cambios cada vez rápidos en un entorno de alta incertidumbre.
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