Los equipos negociadores de la Unión Europea y Mercosur mantendrán contactos semanales con el objetivo de poder cerrar antes de que acabe el año los asuntos pendientes del acuerdo de asociación de libre comercio que ambos bloques pactaron en 2019 tras veinte años de conversaciones, aseguró el portavoz de Comercio de la Comisión Europea.
Según publica Agencia EFE, tras la reunión que los jefes negociadores de la UE y el Mercosur celebraron en Brasilia (Brasil), los contactos continuarán ahora cada semana en el plano técnico, dijo el portavoz, Olof Gill.
“El ritmo de las negociaciones se ha acelerado”, afirmó Gill, que subrayó el “fuerte compromiso de ambas partes por llegar a un acuerdo” antes de final de año sobre un tratado que empezó a negociarse. Agrega que, “creo que con cada reunión, con cada intercambio, nos acercamos un poco más”, señaló.
El portavoz apuntó, no obstante, que aún hay puntos “abiertos”, principalmente respecto a la lucha contra la deforestación y los compromisos medioambientales que la UE reclama a Mercosur y que este bloque, formado por Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, considera inaceptables. Sobre este punto versó la reunión en Brasilia, después de que el Mercosur enviase a Bruselas su contrapropuesta, a mediados de septiembre.
El bloque latinoamericano cree que las pretensiones europeas en materia ambiental son “inaceptables”, conllevan amenazas de sanciones y pueden representar una barrera para sus exportaciones a la UE.
El presidente de Paraguay, Santiago Peña, ha marcado el 6 de diciembre como la fecha límite para lograr un acuerdo, porque de lo contrario, según ha dicho, el Mercosur se retirará de la mesa y empezará a negociar un acuerdo comercial con países asiáticos. Sobre este ultimátum de Peña, Gill evitó pronunciarse.
Del lado europeo existen también reticencias al acuerdo comercial, principalmente de Francia, que teme el impacto sobre su industria agroalimentaria. Este temor lo comparte Irlanda, a lo que hay que añadir las demandas medioambientales del Parlamento Europeo.