El hidrógeno verde comienza a armar su pista de aterrizaje para transformarse en uno de las principales fuentes de energía durante las próximas décadas y ocupar un rol central en la estrategia de descarbonización que están transitando distintos países. En la región, Chile y Uruguay han iniciado un camino exploratorio para dar los primeros pasos, teniendo en cuenta sus ventajas naturales con perspectivas que lucen alentadoras.
El hidrógeno verde es producido por electrólisis del agua a partir de electricidad proveniente de fuentes renovables. Esa opción, que es un vector energético y no una fuente, ofrece luego la posibilidad de transformación en varias formas de energía, como electricidad, gas sintético o calor, con múltiples aplicaciones para la industria o la movilidad.
El proceso de producción a partir de agua y energía eléctrica de fuente renovable es limpio y no tiene emisiones de CO2. El principal costo del hidrógeno es el de la electricidad para romper la molécula de agua. Los países que tienen disponibilidad de energía renovable a menor costo, son los que están mejor parados para producirlo.
Chile y su nuevo cobre
Chile tiene como objetivo a alcanzar la neutralidad en carbono en 2050, una meta que requerirá una profunda transformación de la matriz energética porque hay sectores de la economía donde no es sencillo reemplazar a los combustibles fósiles como el transporte carretero de larga distancia, así como el marítimo o la aviación, explicó el ministro Jobet.
Las perspectivas apuntan que, al 2050, el 20% de la demanda mundial de energía va a ser de hidrógeno. De acuerdo a datos de la consultora McKinsey, actualmente hay más de 240 proyectos de hidrógeno verde en marcha a lo largo del mundo. De ese total, hay 97 que están vinculados a su uso industrial de gran escala (refinerías, electricidad, acero y materias primas), además de otros 55 para transporte (trenes, buques, camiones y otras aplicaciones).
Según estudios publicados por El País, Chile tendría el menor costo de producción de hidrógeno verde para fines de la década actual con un valor de US$ 1 por kg, seguido por Australia (US$ 1,2) y Medio Oriente (US$ 1,3). “Al 2050 podríamos estar exportando o consumiendo el equivalente a US$ 30.000 millones anuales en esa industria”, proyectó el ministro chileno.
Realidad uruguaya
En Uruguay coinciden con Chile sobre la potencialidad y futuro que tiene el hidrógeno verde a nivel mundial y de las ventajas naturales para producirlo a un precio competitivo en Uruguay.
La matriz energética uruguaya ya es en un 97% renovable y existe un potencial de elevar sensiblemente la capacidad instalada tanto de parques eólicos en tierra como en mar (offshore). Lo mismo ocurre con la granjas fotovoltaicas.
“Hay un núcleo duro en el transporte y sectores de la industria. Más de la mitad del consumo de combustibles fósiles proviene del transporte pesado, pasajeros de larga distancia y barcos. La apuesta es apuntar al 4% de la flota de vehículos del país que son responsables del 40% de las emisiones de CO2 con la producción de 150 mil toneladas de hidrógeno verde«, advierten finalmente autoridades de Uruguay.
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