Moinsa, proveedor de soluciones intralogísticas, quiere destacar la importancia de cuidar la logística del frío en toda la cadena de suministro para garantizar la calidad de los alimentos, tanto en lo que se refiere a su conservación como a la prevención de microorganismos patógenos.
Aunque muchas veces la rotura de la cadena de frío se produce en la distribución o manipulación de los alimentos, existen varios momentos críticos en el proceso de almacenaje y transporte de los alimentos, como las salidas del producto de producción o almacenamiento o el movimiento de las mercancías en las plataformas de distribución y en los puntos de venta hasta que llega a su destino final.
Los alimentos perecederos, como frutas, verduras, carnes, pescados y productos congelados, necesitan de una temperatura controlada de refrigeración o congelación en el almacenamiento. Para ello, la industria de la logística del frío tiene como propósito mantener la cadena de frío, al mismo tiempo que se mejoran las condiciones de trabajo del personal y se aprovecha el volumen del almacén.
No obstante, desde Moinsa recomiendan que se promueva la automatización de los almacenes frigoríficos o cámaras de frío, pues aunque los almacenes frigoríficos convencionales permiten emplear diversos formatos de mercancía y ofrecen una mayor visualización de la misma, no ofrecen ni un mayor rendimiento del personal ni del volumen almacenado y requieren de un gran número de profesionales.
Además, una ruptura en la cadena del frío podría derivar en que la inocuidad de los alimentos sufra alteraciones. La logística de frío trasciende por tanto más allá de garantizar el menor tiempo posible, minimizar los costes, generar mayores ganancias o ser más competitivos.
En este sentido, los almacenes frigoríficos automáticos se caracterizan por agilizar los procesos, e incrementar la seguridad del personal y de la propia mercancía, aprovechando cada metro cúbico. Gracias a sistemas automatizados tipo ‘shuttle‘ se aumenta el control de los lotes y del peso de los alimentos, mejorando la trazabilidad de las mercancías y reduciendo la tasa de errores.
Por otro lado, se puede mover el stock y maximizar su capacidad de almacenamiento evitando que los operarios se enfrenten a condiciones ambientales desfavorables. Y, por último, se consigue el máximo aprovechamiento del espacio con la reducción de los pasillos de maniobra, los huecos inutilizados y la optimización de los accesos a la zona de manipulación.
Relacionada: Realidad virtual, herramienta indispensable para la automatización