El segmento de carga aérea global ha iniciado 2023 con evidentes signos de debilidad debido a la disminución de la demanda en un contexto económico general en franco deterioro.
En este sentido, Iata estima que la demanda de este tipo de transporte se ha contraído un 14,9% durante el pasado mes de enero, recorte que llega a un 16,2% para operaciones internacionales.
Al tiempo, la capacidad ha crecido un 3,9% anual durante el primero mes de este ejercicio y un 1,4% en el caso de los servicios internacionales, cifras que, en ambos casos, revelan la práctica recuperación del transporte de carga en las bodegas de los transportes aéreos de pasajeros y la consiguiente contracción en la demanda de vuelos puros de carga
Pese a la disminución de la demanda y la incertidumbre que rodea al sector, el análisis del organismo internacional apunta a un cierto optimismo de cara a meses venideros, principalmente a causa de la rápida recuperación que está viviendo China tras renunciar a su estricta política sanitaria contra la pandemia de covid.
Entre los principales factores que afectan al mercado internacional de carga aérea, Iata señala la recuperación de los pedidos industriales para exportación en enero, uno de los principales indicadores de demanda en este sector, así como el descenso en el comercio global de mercancías durante diciembre y la caída en la confianza de los consumidores de los países del G-7.
Por zonas geográficas, en Asia y el Pacífico ha caído la demanda de carga aérea internacional un 19% anual en enero, con la capacidad internacional ascendiendo un 8,8% anual. En Europa, la demanda ha perdido un 20,4% en comparación con enero de 2021, mientras que, a su vez, la capacidad se ha reducido un 9,3%.
En cuanto a América del Norte, la demanda ha caído un 8,7% con relación a hace un año, mientras que, al tiempo, la capacidad internacional en esta zona ha decrecido un 2,3%. A su vez, en Iberoamérica, la demanda se ha incrementado un 4,6% anual, mientras que la capacidad aumenta un 34,4%.
Por último, en Oriente Medio, los volúmenes de carga internacional han perdido un 11,8% anual, con la capacidad elevándose un 8,6% con respecto a enero de 2022. En África, la demanda ha caído un 9,5% en el período, mientras que, al tiempo, la capacidad pierde un 1,8% anual.
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