Las cadenas de suministro europeas han iniciado el año pasado un camino hacia una mayor optimización, así como de reestructuración, según recoge el estudio «El Estado de las cadenas de suministro europeas en 2022» elaborado por JLL.
Este trabajo apunta, entre otros aspectos, que las consecuencias que está teniendo la invasión rusa de Ucrania son una gran preocupación para un 68% de las empresas del Viejo Continente.
De igual manera, el análisis señala que un 51% de los encuestados tiene previsto optimizar sus cadenas de suministro instalando almacenes en nuevas ubicaciones, con preferencia por localizaciones próximas a hubs de transporte y mercados finales, por lo que la consultora estima que, dado que el suelo urbanizable escasea en estos emplazamientos, es probable que una buena parte del parque existente necesite reformas para atender las demandas de unos ocupantes que buscan mayor calidad, automatización y elevados estándares de sostenibilidad.
Así mismo, el informe revela que las presiones inflacionistas también condicionan la toma de decisiones de los inquilinos, especialmente aquellas relacionadas con las redes de transporte, en un 72%, y el consumo de energía, con un 63%.
Por lo que respecta a la evolución del sector a corto plazo, el trabajo asegura que la demanda debería mantenerse estable durante los próximos seis a nueve meses, a medida que los ocupantes diseñan las diferentes estrategias de gestión de inventario. En este sentido, la moderación de la inflación explica también por qué un 81% de los encuestados prevé repercutir sólo parte de los costes a los clientes a lo largo de año.
Al mismo tiempo, también se espera que el abaratamiento de los fletes y la ralentización del mercado de espacios industriales podrían generar cierto alivio a las cadenas de suministro europeas en el segundo semestre de este mismo año.
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