Cadenas de suministro entran en una inquietante «desglobalización»

El Club de Exportadores e Inversores Españoles ha advertido sobre los profundos cambios en la definición, naturaleza y alcance de las cadenas de suministro que se están produciendo como consecuencia del proceso de desglobalización en marcha desde hace ya algunos años.

Estos cambios se habrían visto acelerados por la política de Covid Cero de las autoridades chinas en el primer semestre de 2022, que supuso importantes restricciones en las operaciones portuarias, con profundas consecuencias para el comercio mundial.

Actualmente, estaría en quiebra el modelo de hiperglobalización de las cadenas logísticas que ha sido en los últimos 50 años la principal fuerza motriz del comercio internacional, impulsado por la incorporación de nuevas técnicas de gestión de suministros, como el ‘just in time’, y la irrupción de China como coloso exportador.

Asimismo, el marco comercial global ha llevado a que algunas cadenas sean ahora extremadamente complejas, habiéndose incrementado el riesgo que soportan las empresas que participan, y ha motivado respuestas defensivas como la reubicación de eslabones de las cadenas en países menos expuestos a riesgos.

Juan José Zaballa, técnico comercial y economista del Estado y doctor en Economía, explica que “el mundo se enfrenta a una situación geopolítica absolutamente novedosa, donde las dos potencias que compiten por la hegemonía, China y Estados Unidos, tienen un carácter profundamente aislacionista y libran una competencia básicamente económica por los mercados y la tecnología”.

En este contexto, uno de los posibles escenarios resultantes será “la intensificación del proceso desglobalizador, la progresiva implantación de un nuevo orden mundial basado en la multipolaridad y, en consecuencia, en la regionalización”. De esta manera, la evolución será hacia cadenas regionales e incluso cadenas nacionales que operen dentro de un sólo mercado.

Algunos indicios que apuntan en esta dirección serían la generalización del principio de autonomía estratégica entre las empresas, el resurgir de políticas industriales nacionales y políticas comerciales proteccionistas, y la progresiva sustitución de los flujos comerciales por flujos de inversión.

Por otro lado, el comercio tradicional va a ceder su posición a la inversión directa. Será imprescindible contar con capacidades de inversión y de gestión para convertirse en una multinacional, dice el experto, y operar no sólo en una cadena de suministro global, sino en varias regionales o locales.

Otra consecuencia del deterioro y reestructuración de las cadenas globales de suministro es la reaparición de stocks reguladores que aseguren la continuidad del proceso de producción y de suministro. La sustitución del ‘just in time’ por el ‘just in case’ es una evidencia del cambio en la consideración empresarial del riesgo, según Zaballa.

En su opinión, ventajas operativas como la que aporta la digitalización de suministros podrían ser poco relevantes si la empresa no tiene opciones de sustituir proveedores. Una primera fórmula para mitigar el riesgo sería la deslocalización, para ubicarse junto al suministrador o el cliente, y la segunda sería asumir la capacidad de decisión del cliente o suministrador a través de su adquisición.

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