BRICS es la abreviatura del grupo que se conformó en 2010 por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica en una asociación comercial. Se unieron los países en vías de desarrollo más importantes para fomentar el comercio y desarrollo económico entre ellos, encarándose al poder fáctico global del G7 que encabeza Estados Unidos.
Ahora el grupo se conoce como BRICS+, dado que se ha ampliado este año con la incorporación de Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, y Etiopía. Hay, adicionalmente, hasta una cuarentena de países que solicitan su adhesión, como Tailandia, Indonesia, Malasia, Senegal, Venezuela, Cuba, Bangladesh o Pakistán. Otros países invitados a incorporarse han renunciado como Argelia o Argentina con la llegada de Milei. Este grupo llegará a consolidar el 46% de la población mundial, controlando la producción mundial de crudo con un 43% de los pozos y más de un cuarto del comercio mundial. Son factores de máxima relevancia en el funcionamiento societario actual.
China domina la organización y su clara intención es desarrollar las relaciones con estos países emergentes, como alternativa al mundo Occidental, y ello afecta a los flujos comerciales y de cadena de suministro global.
La nueva ruta de la seda inició su particular “conquista del oeste”, estableciendo inversiones estratégicas en países de Sudeste Asiático, África, Europa del Este y Latinoamérica. La pretensión de comerciar en Yuanes chinos, como alternativa al dólar americano es clara.
China firma acuerdos bilaterales para comerciar con sus propias divisas, fuera del sistema SWIFT. Las guerras comerciales de Estados Unidos y la Unión Europea con China pueden empeorar los flujos comerciales, alterando los volúmenes de carga y destino.
La industria automovilística es uno de los principales escollos. La transición del motor de combustión interna (ICE) a los vehículos eléctricos (EV) parece necesaria, si bien se ha ralentizado su adopción por el público. Tanto EEUU como Europa no están preparadas para competir con los EVs chinos, hay gran diferencia el nivel de desarrollo a favor de los chinos.
El proteccionismo americano impone un 100% de arancel a los EVs chinos, mientras la UE aplicará tramos entre el 17,4% al 38,1% según la marca en cuestión. Aun así, los EVs chinos resultan competitivos y de calidad igual o superior a los EVs europeos o americanos, que llegaron tarde a desarrollas las nuevas plataformas y tecnologías.
Dentro de los conflictos comerciales, queda patente que China necesita seguir vendiendo producción fabril a EEUU y Europa, pero se asegura el fortalecimiento de los flujos comerciales con los miembros BRICS+, lo cual supondrá un desplazamiento de carga hacia esos destinos alternativos. China ya ha invertido en infraestructuras de transporte en los países clave para controlar estratégicamente las rutas comerciales globales.
La próxima conferencia BRICS+ tendrá lugar en la tercera semana de octubre en Kazán, Rusia, con Vladimir Putin como anfitrión, quien está necesitado de apoyo de todo tipo de sus invitados, en estos momentos, y eso da que pensar.
La geopolítica mundial afecta al comercio y transporte. La revitalización de BRICS+ controla el Canal de Suez, evidentemente por la incorporación de Egipto, Irán y Etiopía. Está por ver cuándo se restablecerá el transito por Suez, retornando a la ruta tradicional, evitando voltear por el Cabo de Buena Esperanza de Sudáfrica.
Fuente: CS LEE