La creciente demanda mundial de petróleo, gas y carbón va a alcanzar su punto álgido en 2030, a medida que el mundo se oriente hacia fuentes de energía limpias, según declaró la Agencia Internacional de la Energía, que instó a los inversores a apostar por las energías renovables y abandonar los combustibles fósiles.
La demanda mundial de combustibles fósiles va a alcanzar su punto máximo esta década si los gobiernos de todo el mundo mantienen las políticas actuales, según afirma por primera vez la AIE en su informe anual Perspectivas de la Energía en el Mundo.
Según la AIE, si se siguen las políticas actuales, el consumo mundial de petróleo alcanzará un máximo de unos 102 millones de barriles diarios a finales de la década y descenderá ligeramente a 97 millones de barriles diarios en 2050, a medida que el cambio a los vehículos eléctricos compense el aumento del consumo de petróleo en otros sectores, como la aviación.
Según la AIE, en 2030 va a haber en las calles diez veces más vehículos eléctricos que en la actualidad, de acuerdo a que la proporción de coches eléctricos vendidos hasta la fecha haya pasado rápidamente de 1 a 5 en los últimos tres años, puesto que, las energías renovables, como la solar, la hidráulica y la eólica, representarán casi la mitad del suministro energético mundial en 2030, frente al 30% actual.
Por otra parte, si los países cumplen sus compromisos climáticos «a tiempo y en su totalidad», la transición hacia energías limpias avanzará aún más rápido, dijo la AIE, advirtiendo que incluso esto no sería suficiente para limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados, el umbral clave bajo el acuerdo climático de París de 2015.
El Director Ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, afirmó que «los gobiernos, las empresas y los inversores deben apoyar las transiciones hacia energías limpias en lugar de obstaculizarlas» e instó a las partes interesadas a aumentar las inversiones en sistemas de energía limpia en lugar de invertir aún más dinero en combustibles fósiles.
Sin embargo, la agencia afirmó que el final de la era de crecimiento de los combustibles fósiles sirve para socavar los argumentos a favor de cualquier aumento del gasto en el sector. «Las afirmaciones de que el petróleo y el gas representan opciones seguras para el futuro energético y climático del mundo parecen más débiles que nunca», afirmó Birol.
Los representantes de la industria de los combustibles fósiles, que históricamente negaron que sus productos sean responsables del cambio climático, ahora se mostraron contrarios a la sugerencia de la AIE de que los inversores abandonen el sector en favor de energías más limpias.
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