Las existencias de destilados en Estados Unidos, que incluyen el gasóleo y el gasóleo de calefacción, han caído a su nivel más bajo para esta época del año desde 1951, según las estimaciones del Financial Times, justo cuando comienza la temporada de calefacción y entra en vigor en febrero el embargo de la Unión Europea a las importaciones de productos petrolíferos rusos.
Las existencias, históricamente bajas, han hecho subir los precios del gasóleo mucho más que las pequeñas subidas de la gasolina y el crudo este año. Dado que el gasóleo es el principal combustible de la economía y del transporte de larga distancia, los elevados precios del gasóleo siguen alimentando la inflación.
En la semana que terminó el 11 de noviembre, los inventarios de combustible destilado aumentaron en 1,1 millones de barriles y se sitúan aproximadamente un 15% por debajo de la media de cinco años para esta época del año, según informó el miércoles la EIA en su informe semanal de inventarios. Con 107,4 millones de barriles, esas existencias son las más bajas jamás vistas para esta época del año.
«La mayor parte del aumento de las existencias de destilados se produjo en la costa este de Estados Unidos. Y aunque esto es útil, las existencias en la región siguen estando en los niveles más bajos registrados para esta época del año«, dijeron los estrategas de ING al comentar los datos de inventarios de la EIA.
De cara al futuro, la oferta de gasóleo en Estados Unidos y en el mundo se va a estrechar aún más con los embargos de la UE a las importaciones de crudo y productos rusos, a partir de diciembre y febrero, respectivamente.
«La competencia por los barriles de gasóleo no ruso será feroz, ya que los países de la UE tendrán que pujar por cargamentos procedentes de EE.UU., Oriente Medio y la India en detrimento de sus compradores tradicionales», señaló la Agencia Internacional de la Energía (AIE) en su informe mensual de esta semana.
«El aumento de la capacidad de las refinerías acabará por aliviar las tensiones del gasóleo. Sin embargo, hasta entonces, si los precios suben demasiado, puede que sea inevitable una mayor destrucción de la demanda para que los desequilibrios del mercado se solucionen», señaló la agencia, que considera que los precios obstinadamente altos del gasóleo alimentarán la inflación, y que la ralentización de las economías provocará un ligero descenso de la demanda mundial de gasóleo en 2023.
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