Su pasión por la actividad logística y la búsqueda por mejorar las condiciones del sector, llevaron a Galo Molina a ser el primer hispanoamericano en formar parte del Board de la Federación Internacional de Asociaciones de Transitarios (FIATA) en sus 100 años de historia.
En entrevista realizada por Movant Connection, Galo Molina Aguilar, vicepresidente de FIATA, comentó mayores detalles de su amplia trayectoria y de su mirada, según dice «no objetiva», de la actividad logística y del comercio exterior.
¿Cómo comenzó su vínculo profesional con el sector de la logística y del comercio exterior?
Estudié economía y siempre tuve muchas inquietudes referentes al comercio exterior. Tuve la oportunidad de vivir en Chile durante dos años y pude ver, de primera mano, su desarrollo en base a las exportaciones lo que me pareció extremadamente interesante. Ellos tienen una institución muy fuerte que es «ProChile» y tuve la oportunidad también de conocerlos y tener vínculo con ellos.
Luego regresé a Ecuador, donde me vinculé con una compañía japonesa dedicada básicamente a exportaciones e importaciones. Desde mi departamento, me encargaba del tema de los productos de mar: camarón, pescado, atún enlatado, calamar y todo lo referente a productos marinos.
Fue una gran experiencia donde tuve la oportunidad de viajar mucho. Fui a Japón y a Europa para desarrollar nuevos negocios y realmente fue una «universidad de vida» estar en esa compañía, que tiene muy arraigada su filosofía japonesa, la cual me resultó muy útil luego, cuando incursioné como empresario, desde luego «tropicalizándola» con las características latinas.
Luego de esta experiencia, fui gerente de carga de una aerolínea ecuatoriana, para después pasar a ser gerente en Pan Atlantic, que en ese momento era la agencia de carga y transitaría más grande del país, donde gestioné muchas exportaciones de flores y, en 1998, decidí incursionar y emprender mi propia compañía, «Planet Cargo«, desde donde implementamos otras como «Navi Cargo» y «Navi Logistics«. Hoy por hoy estamos integrados verticalmente en toda la cadena logística en Ecuador, y tenemos oficinas en Chile, en Perú, en Colombia, en México y en Estados Unidos.
¿Cómo fue su ingreso al mundo gremial relacionado con estos sectores profesionales?
En el tema gremial de mi país incursioné a partir del año 2000, siendo director de la Asociación de Agentes de Carga (ASEACI), de la que luego fui vicepresidente y presidente. Cuando tomé el cargo de presidente, me di cuenta de que IATA, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo, le estaba cobrando a los agentes de carga de Ecuador un cargo denominado «default insurance«, que representaba el 0.75% sobre las split payment (pago fraccionado).
En ese orden de cosas, solicité una reunión con IATA y les pregunté frontalmente por qué nos estaban cobrando y nos dijeron que «porque sí». Yo venía de mi primer Congreso de ALACAT donde había preguntado a mis amigos argentinos, uruguayos, mexicanos y ninguno de ellos pagaban ese cargo. Sin embargo, desde IATA no tenían otro argumento más que «es así y se lo queremos cobrar».
Luego de muchas y arduas conversaciones, logramos establecer que si desde Ecuador cumplíamos dos parámetros dejaríamos de pagar esas garantías. Los mismos eran tener una inflación de 1 dígito y menos de 1000 puntos de riesgo país.
En ese momento Ecuador había dolarizado su economía, teníamos una inflación del 50% y 6000 puntos de riesgo país y parecía realmente inviable para las aerolíneas que alcanzáramos las metas que nos habían propuesto. Pero luego de 1 año y medio resultó que la inflación se niveló a menos de dos dígitos y el riesgo país se posicionó en 400 puntos, muy por debajo de la meta de los 1000 puntos planteada.
Entonces, con ambos parámetros cumplidos, solicité una reunión con la IATA, les enseñé el acuerdo y me dijeron que no, que no lo iba a cumplir, que efectivamente habíamos llegado a los parámetros pautados, pero que no, no iban a cumplir.
¿Y cómo lograron avanzar para superar este desacuerdo con IATA?
Finalmente, solicito una reunión con IATA Miami, vamos a la reunión y ellos siguieron alegado el «porque sí». Entonces les comenté al panel de Aerolíneas que nadie gana lo que debe, sino lo que negocia y les reclamé que honren el documento que habían firmado, caso contrario regresaría a Ecuador y los demandaría. Ante lo que respondieron fue que sí, que los demandara, pero que para eso debería hacer y presentar un estudio completo de la economía de Ecuador.
Así fue que regresé a Ecuador y los demandé. Buscamos un economista para realizar el estudio económico sobre nuestra industria y fuimos al debate, el cual logramos ganar. Esas garantías adicionales le costaban a nuestra industria 3 millones de dólares al año.
Esta experiencia me permitió darme cuenta de la importancia de asociarse, de pertenecer. Yo como presidente de mi Asociación me apalanqué mucho en la Federación de Asociaciones Nacionales de Agentes de Carga y Operadores Logísticos Internacionales de América Latina y el Caribe (ALACAT) y aprendí mucho de ellos.
Sobre todo para las compañías pequeñas y medianas, que cuando se asocian se vuelven mucho más fuertes. Esto es algo que muchas veces no vemos o no identificamos su importancia, pero sin duda las asociaciones o las federaciones son un parlante que amplifica lo que quieres decir y te permiten alcanzar a sentarte con autoridades y conseguir cosas importantes para la industria.
¿Luego siguió vinculado con la actividad de las asociaciones y federaciones?
Sí, después de ser presidente de la Asociación de Agentes de Carga del Ecuador, entré a ALACAT como director, luego fui secretario, vicepresidente y presidente, donde organicé 5 Congresos Internacionales: Guayaquil 2013, Barcelona 2016, Panamá 2017, México 2018 y nuevamente Barcelona en 2019.
De esta forma confirmé el valor de los vínculos y los contactos, los cuales te abren puertas que te pueden ayudar a solucionar los problemas que presenta la industria de los agentes de carga.
Tenemos excelentes relaciones con la Organización Mundial de Aduanas (OMA), con IATA, ya que después de la tormenta vino la calma y «firmamos la paz». De hecho, hoy Latinoamérica es quien mejor relación tiene con IATA entre las diversas regiones del mundo.
Después de mi presidencia de ALACAT , fui electo como Extended Board Vicepresident 2019-2021 de la Federación Internacional de Asociaciones de Transitarios (FIATA) y luego electo Tesorero como parte del Board 2021-2023. Esta ha sido una experiencia muy interesante, ya que me ha permitido asistir a congresos en diversas partes del mundo y aprender mucho en el camino a partir de la interacción con la gente.
Para mí ha sido muy grato, de alguna manera, representar a la región ya que soy el primer hispanoamericano en ser parte del Board de FIATA en sus 100 años de historia. Y esto habla de lo que es nuestra industria, porque realmente somos muy buenos en lo que hacemos, el empresario latinoamericano es de primera línea aunque muchas veces no tomemos conciencia de eso.
Para mi el sector de exportadores e importadores en Latinoamérica son verdaderos héroes y dignos ejemplos a seguir, yo los considero así, se podrían describir muchos casos de empresarios latinoamericanos que, en contra de todo pronóstico, han logrado tener mucho éxito.
Una región que forja pilotos de tormenta…
Es así, soy un enamorado de la región, de Latinoamérica, no me considero ecuatoriano, me considero latinoamericano, con un fuerte vínculo con Europa definitivamente, pero mi sitio en el mundo esta acá y he tenido la suerte de conocer todos los países de nuestra región y cada vez me enamoro más.
El tema es que, con todos nuestros problemas, temas políticos, inseguridades, somos una región pujante que no se deja derrotar y que seguimos adelante. Si bien el mundo nos ve divididos, Argentina, Ecuador, Perú, Brasil, México, cada uno por su lado, cuando logramos consolidarnos y nos presentamos como región somos muy potentes, muy poderosos, el tema es reconocerlo y también creérselo.
Aprovechando su mirada latinoamericana desde FIATA, ¿Puede identificar cuáles son los grandes temas que hoy dominan la agenda del sector?
Sobre todo, la digitalización. La pandemia nos enseñó que el que no logró digitalizarse a tiempo tuvo muchos problemas, entonces el tema es seguir avanzando. Porque nos habíamos vuelto «primer mundo», con la Aduana aceptando todos los documentos digitales y, de repente, cuando regresamos nuevamente con la presencialidad volvimos a lo físico, cuando deberíamos aprender esa buena lección y seguir con lo digital.
Luego, las relaciones con las navieras fue un tema que nos tuvo preocupados por mucho tiempo. Los fletes marítimos estuvieron muy desproporcionados y, sobre todo, la arbitrariedad por parte de las navieras en el cobro de retenciones fue una preocupación transversal de toda la industria.
En los dos años de pandemia se han fortalecido financieramente y esto hizo que salieran de compras, que adquirieran aerolíneas, puertos, tratando de integrarse verticalmente y pensamos que esa no es la vía. Ellos son buenos para lo marítimo y debería hacer su «Core business» mucho más fuerte, en lugar de tender al monopolio, ya que ningún monopolio es bueno per sé. Pero finalmente el tiempo nos va a dar la razón.
¿Cuál es el rol de las asociaciones y federaciones en situaciones como esta del intento de avance de las navieras sobre los otros eslabones de las cadenas de suministro?
Lo importante es que cuando se logra una representatividad tan alta como la de FIATA, que agrupa a 105 países y da voz a 40 mil miembros, las navieras tienen que sentarse a conversar.
De hecho, hubo un caso que manifestó que quería trabajar directamente con los clientes finales y no hacerlo más con nosotros. Entonces el mensaje fue, tratemos de no trabajar con esta naviera, ¿y qué pasó? Volvió al poco tiempo a golpear la puerta.
Nosotros hemos sido clientes tantos años de las aerolíneas y las navieras como facilitadores del comercio, que no vamos a dejar de existir porque sólo una parte quiere que dejemos de existir, y esa es la fortaleza de estar y ser parte de las federaciones.
¿Le gustaría dejar un mensaje a los muchos estudiantes y jóvenes profesionales, parte de la comunidad de Movant Connection, que están pensando en dedicarse a la logística y al comercio exterior?
No soy objetivo cuando hablo de logística, pero es un sector extremadamente noble, diverso, dinámico, con oportunidades, pero bueno… uno tiene que buscarlas. El sector de comercio exterior o el de transporte internacional es el que más crece en el mundo. Antes eran las farmacéuticas, pero ahora es el sector logístico. Todo lo que podemos ver a nuestro alrededor, todo lo que tocamos, todo tiene logística. Y a quien le gusta la adrenalina, este es su negocio.
Y para terminar, me gustaría destacar que la logística debe ser política de Estado, es un sector neurálgico y en la pandemia quedo en evidencia, todo paró menos la logística. La cadena de suministros nunca se cortó, primero para garantizar la alimentación, después con el tema de las vacunas, lo primero que se acciono fue el tema logístico, el tema aéreo, tenemos que aprovechar esta cultura y esta importancia que tenemos.
La logística tiene mucho detrás, toda la cadena y los factores que actúan para que cada producto esté en tus manos hoy tiene visibilidad. Por eso pienso que estamos en un gran momento.
Fuente: Movant Connection