Según el último informe del BID, correspondiente a marzo de 2022, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Nicaragua y República Dominicana ya alcanzaron el nivel de actividad económica prepandémica.
Según señalaron desde SEAL, los últimos años han estado centrados en recuperar el tejido productivo y económico de la región. Ha sido un proceso que se ha dado a diferentes velocidades en la región. Si bien 2021 fue una temporada de recuperación para la región, la reactivación del empleo se ha dado a un ritmo más lento que el de la actividad económica.
Según el BID esto se debe en parte a que los sectores con mayor potencial de generación de empleo, como el sector de la construcción, el hotelero y el comercial, se han mantenido rezagados en comparación a otros menos intensivos en mano de obra, como manufactura, telecomunicaciones, energía y agricultura. Esta situación ha afectado en mayor proporción a los trabajadores informales y de menor calificación, como mujeres y jóvenes, indicaron desde SEAL.
En el caso del Grupo BID se ha enfocado en apoyar el desarrollo productivo de las mipymes, que representan el 99% de las empresas de la región y aportan entre el 65% y el 70% del empleo de la población económicamente activa, a través de la promoción de las exportaciones, acceso a mercado y financiamiento del tejido productivo, con un énfasis en la incorporación de pequeños productores rurales en las principales cadenas de valor.
En cuanto a avances y a juicio de la CEPAL, la integración es indispensable para la facilitación de comercio. Un avance ha sido la implementación del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) que tiene por objetivo fundamental constituir a Centroamérica en una Región integrada sobre las bases de la Paz, Libertad, Democracia y Desarrollo, agregaron desde SEAL.
Es más, uno de sus pilares es consolidar la integración económica regional, a través de asistencia técnica especializada en materia de facilitación del comercio, aduanas, aranceles, tributos internos, reglamentación técnica, origen de las mercancías, entre otras materias.
Y precisamente uno de los desafíos o retos de la región pasa por la facilitación del comercio. Por algo es una de las principales prioridades del Banco Mundial para acelerar la recuperación económica en Centroamérica.
Por ejemplo, los resultados del informe Unleashing Central America’s Growth Potential (Liberar el potencial de crecimiento de Centroamérica) indican que la plena aplicación de los compromisos del Acuerdo de Facilitación del Comercio (AFC) podría reducir los costes comerciales en un 15,5% en Centroamérica, aumentando el comercio intrarregional en un 61% y el PIB de la subregión en un 4,3% para 2030.
Aun así, todos los países centroamericanos comercian poco y la región está menos integrada de lo que cabría esperar dado el tamaño y la proximidad de los países.
Para impulsar la agenda de facilitación del comercio al más alto nivel político, el Banco Mundial ha estado trabajando con el Consejo de Ministros de Integración Económica (COMIECO), así como con la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), los cuales giran alrededor de tres áreas estratégicas prioritarias:
.- Transporte Aéreo en la región
.- Agilización del paso de mercancías en cruces fronterizos terrestres (declaraciones anticipadas)
.- Agilización de envíos en el contexto del comercio electrónico.
En cuanto a beneficios en el corto – mediano plazo. Claro está que la integración económica supone un incremento en el tamaño del mercado ya que el mayor tamaño del mercado permite una mayor especialización y división del trabajo, lo que favorece el crecimiento de la productividad y de la eficiencia, según señalaba Adam Smith.