La economía ecuatoriana no crece al mismo ritmo que la población, lo que representa que no existe un crecimiento real. El Banco Central del Ecuador anunció que el Producto Interno Bruto (PIB) aumentó tan solo un 0,7% durante el primer trimestre de 2023 al comparar con el mismo período del 2022.
Según El Comercio, la causa principal es la falta de inversión tanto pública como privada. En este último caso, la inestabilidad política que se registra desde el 2022 incidió para que los empresarios suspendan o aplacen sus proyectos de expansión de sus negocios o para abrir nuevos. Ellos prefirieron ser cautelosos. El Gobierno tampoco destinó los recursos en obra pública, que permitan dinamizar las actividades productivas.
En el primer trimestre del 2023, la formación bruta de capital fijo (inversión) se contrajo un 5,2% y el gasto del Gobierno apenas aumentó un 0,5%. La contracción de la formación bruta de capital fijo cayó por la menor adquisición de maquinaria y equipo de transporte y por una menor actividad en el sector de la construcción.
El consumo de los hogares fue el pilar que permitió tener un resultado positivo por un incremento en el número de operaciones de crédito de consumo. Las razones fundamentales fueron la recuperación del empleo adecuado y el aumento de las remesas.
El dinero que envían los migrantes permitió -otra vez- dar un aliciente a la economía nacional. Pese al aporte que generan los emigrantes que residen en Estados Unidos, principalmente, los gobiernos no cuentan con políticas que permitan canalizar esos recursos hacia actividades productiva ni se otorgan incentivos para que los familiares inviertan en negocios.
Para lo que resta del 2023, la inestabilidad política será el lastre que impida una recuperación de la economía ecuatoriana. La reciente elección de Daniel Noboa, ha generado expectativa y ocasiona, como históricamente ha pasado, que los proyectos privados se aplacen.